Viernes 9 de Octubre del 2020

JESUS NOS PIDE NO SER INGENUOS ANTE LAS PROVOCACIONES DEL DEMONIO. NOS PIDE VIVIR A PLENITUD EL REINO DE DIOS CON FE Y CONFIANZA.

 "El Señor recuerda siempre su alianza "..."Doy gracias al Señor de todo corazón, en compañía de los rectos, en la Asamblea. Grandes son las obras del Señor, dignas de estudio para los que las aman"...Salmo 110.

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 11, 15-26 podemos percibir en su mensaje que el ir al lado de Jesús y seguirle a donde el vaya, no es fácil. Porque siempre en el camino encontramos grandes piedras que obstaculizan nuestros pasos y que tratan de sobreponerse a nuestro querer. Ellas, se interponen y buscan todos los medios para arrebatar nuestros empeños de seguir avanzando por el camino hasta que por fin, encuentren su objetivo final: el apartarnos de Dios.

El pecado anda a sus anchas por todas las calles y veredas, entre las ciudades y barrios donde vivimos y realizamos nuestra vida y convivencia con los demás. Él, constantemente utiliza  estrategias atrayentes como publicidad, cine, TV, vídeos, etc  que nos provocan y nos invitan y atraen hasta inmiscuirnos en éstas haciéndonos partícipes de ellas.

Detrás de todas esas atrayentes misivas e invitaciones, está el poder del demonio, cuya misión es la seducción.

Si. Él es incesante y provocador  y sabe utilizar todos los medios posibles para hacernos caer y adueñarse de nuestras vidas.

Cuantas veces hemos luchado en contra de esos deseos y aunque pedimos a Nuestro Padre Dios que nos aparte de los malos pensamientos y deseos, él, con más brío, busca las estrategias y los medios para provocarnos y hacernos caer. 

Por estas razones, no podemos ser ingenuos.

Miren: Hoy en este Evangelio, Jesús nos entrega una gran espada para luchar y vencer definitivamente ese mal nos está provocando en hacernos caer, y es : Vivir a plenitud la presencia del Reino en nosotros dejando todo a un lado y sin mirar atrás.

Él nos pide hoy que seamos firmes y valientes y estemos siempre Vigilantes y con los ojos bien abiertos. 

Con éstas palabras nos quiere decir, que ante todas las cosas, debemos estar muy cerca de Dios, orándole para que nos haga hombres valientes y guerreros; que estemos alimentando de manera permanentemente la Fe y la Confianza en Dios para así poder luchar por nuestra salvación y apartar todo tipo de tentaciones que nos seducen y llevan a destruir nuestra vida y hasta firmar un trato con el demonio. 

Quien decide ser discípulo de Jesús, deja todo y con firmeza de corazón le sigue a donde Él vaya sin miedo y sin temores. 

Pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude haciéndonos hombres y mujeres valientes y  podamos enfrentar el mal con firmeza.