sábado, octubre 03, 2020

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 3 de Octubre del 2020

JESUS SE SIENTE DICHOSO CUANDO VIVIMOS CON EXISTO LA EXPERIENCIA DEL ANUNCIO DEL REINO DE DIOS EN EN EL MUNDO.


"Has brillar, Señor, tú rostro sobre tu siervo"..."Enséñame la bondad, la prudencia y el conocimiento, porque me fío  de tus mandatos".
..Salmo 118.

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 10, 17-24, los setenta y dos discípulos que Jesús había enviado (Lc 10, 1-12) para irle preparado el camino y el lugar donde Él podría llegar y quedarse, regresan muy contentos y llenos de un gran entusiasmo por haber salido airosos y victoriosos porque el mensaje de la presencia del Reino de Dios, había hecho eco en los lugares donde habían ido. Y le dijeron a Jesús: " ¡¡¡Señor, en tu nombre hasta los demonios se nos sometían" Lc 10, 17.

Una gran experiencia y una alegría sentimos cuando vivimos que hemos tenido los éxitos al poner en práctica esa experiencia personal vivida al encontrarnos con Jesús.

Si, sentimos que hemos salido de esas cosas que nos mantenían encarcelados en nosotros mismos; y llenos de entusiasmo y valentía, queremos reproducir esa experiencia entre todos los que nos rodean.

Ese es un testimonio ejemplar; y con él, nunca nos podemos quedar.

Miren, Dios bendice ese momento en que tomamos la iniciativa apostólica y nos llena de sus gracias y lo más grande de todo, es que nos dice que nuestros nombres son escritos en el cielo como lo dice hoy el Evangelio en el versículo 20.

Y miren que gran proeza de Dios para con nosotros: Revelarnos las verdades del Reino.

Jesús, siente una gran emoción porque a los que Él considero cercanos, cumplieron con lujo de detalles la Misión que les fue asignada y con ese júbilo que le transmitía el Espíritu Santo, expresó en una oración: " Te alabó, Padre, Señor del cielo y tierra, porque ocultando estas cosas a los sabios y entendidos, se las diste a conocer a la gente sencilla!. Si, Padre, está ha sido tu elección" Lc 10, 21.

Miremos algo muy importante: Nos equivocamos cuando buscamos a Dios en los libros, en el chismorreo de la gente, en las participaciones frecuentes de charlas, reuniones y retiros, grupos de oración,  etc. Allí, no va a estar verdaderamente Dios. A Dios se le encuentra cuando se le abre el corazón con humildad y sencillez sintiéndonos necesitados de su presencia; para que así, Él, infunda en nuestras mentes y corazón su Espíritu Santo para que nos transforme y seamos semillas de esa experiencia en la humanidad.

Te invito a que te atrevas a buscar ese gran tesoro: El Reino de Dios

VIVE LA GRAN EXPERIENCIA QUE TE BRINDA DIOS DE SER ANUNCIADOR EN TODOS LOS LUGARES DE LA PRESENCIA DE SU REINO. NO TENGAMOS MIEDO EL NOS ACOMPAÑA Y ESCRIBE NUESTROS NOMBRES EN EL CIELO.


 
posted by Laureano García Muentes at 6:26 a.m. | Permalink |


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