miércoles, octubre 07, 2020

 

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Miércoles 7 de Octubre del 2020

JESUS NOS ENSEÑA A REZAR A NUESTRO PADRE DIOS Y PIDE QUE LO HAGAMOS CON TODA HUMILDAD Y SENCILLEZ DE CORAZON.


 
"ID al mundo entero y proclamad el Evangelio "..."Alabad al Señor todas las naciones, aclamadlo todos los pueblos "...Salmo 116.

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 11, 1-4, Jesús ante la súplica de sus discípulos que le pedían que les enseñase a orar, Él, con mucho Amor, les comparte su experiencia de oración con e Padre Dios y les hace notar en ella, como es su trato íntimo con Él; para que así, hagan lo mismo. 

Esta oración se llama El Padre Nuestro.

Miren, la oración del Padre  Nuestro contiene una gran enseñanza en la que el hombre, propone una apertura ante Dios y lo considera un Padre amoroso y cercano.

Cada vez que oramos el Padre Nuestro, alabamos a Dios nuestro Padre y le pedimos con ansias, la llegada a nosotros de su Reino. Está oración es también un gesto de gratitud hacia Él, porque le damos las gracias por ser nuestro Padre.

Esta hermosa oración, es una perfecta oportunidad para pedir a Dios por nuestras necesidades espirituales y temporales más necesarias, como también el perdón de nuestras culpas al fallarle por no seguir su voluntad.

En ella,  le imploramos el perdón de  nuestros gestos y acciones injustas que cometemos o en las que incurren las personas que consideramos enemigos, por su mal trato, gestos y palabras que hieren y ofenden.

Una recomendación  muy importante: Al rezar el Padre Nuestro hacerlo con toda humildad y sencillez de corazón; y no pidiéndole a Dios con exigencias para que atienda nuestras necesidades superfluas.

Miren, Jesús es un gran experto que nos enseña a viajar a nuestro interior para excavar en el corazón y encontrar todas aquellas cosas que deseamos dejar ocultas y que corroen el alma. Él desea que vayamos al centro de nuestra Identidad para que allí, nos descubramos a nosotros mismos y a ese Gran Padre que nos ama con un amor ilimitado incondicional.

Hoy día de la Virgen del Rosario, pidámosle a ella, que nos ayude a ser hombres y mujeres que desean convertirse en verdaderos signos de la transformación que ofrece su hijo, Cristo Resucitado. 

ATENDAMOS EL LLAMADO DE JESUS QUE NOS INVITA A SER MULTIPLICADORES DE SUS ENSEÑANZAS EN TODOS LOS LUGARES DONDE NOS ENCONTREMOS. ¡¡¡EL ESTA CON NOSOTROS!!!

 
posted by Laureano García Muentes at 6:56 a.m. | Permalink |


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