REFLEXIÓN DEL EVANGELIO DE HOY
Jueves 30 de Abril del 2020
"JESÚS CORDERO MANSO Y HUMILDE. ALIMENTO PARA NUESTRAS ALMAS"
En el Evangelio de hoy tomado de Jn 6,44-5, Jesús sigue reunido con la gente que habían participado en el monte cercano a lago de Tiberíades en la multiplicación de los panes; y que ante esas necesidades materiales que tienen sembradas en sus corazones, les quiere situar y enseñar quien era Él, que borra del corazón las ansias desordenadas, llena de alegría y es la fuerte de una vida eterna y abundante.
El centro de sus Palabras o hilo conductor, gira en torno a que Él, quiere manifestar a todo un pueblo, que Él es la fuente de la vida, cuando les dice: " Yo soy el Pan Vivo bajando del Cielo, el Pan que da vida. El que viene a mi no pasará hambre, el que cree en mi no pasará nunca sed" Jn 6, 35.
Jesús les demuestra que es el Mesías esperado por ellos, que Él ha sido Enviado por Dios y que fuera de Él, no hay otro camino para llegar al Padre.
Y Él, les habla que es Pan, porque es la manera más sencilla para darse a entender a toda la humanidad.
Y si; miren, el pan es el alimento de uso familiar cotidiano, que siempre se comparte en las mesas de todos los hogares y en torno a él, existen el compartir y el calor del amor fraterno de las familias.
Jesús se nos muestra como Pan de Vida y se presenta en la mesa y en medio de nuestros quehaceres diarios, de nuestros afanes y preocupaciones como ese cordero manso y humilde, como un verdadero servidor y un alimento que llega al alma.
Él nos invita a que apartemos de nuestras vidas todas esas cosas que nos atan, nos atrapan y esclavizan para así, tener una paz interior; con ella así, Él pueda mostrarnos a plenitud la grandeza de su Amor, su bondad, la fraterna unión y la alegría.
Tengamos muy claro, que la Fe de un continuador y multiplicador de la vida abundante que ofrece Cristo Resucitado no proviene de un Capricho o una moda, ni tampoco es fruto de los esfuerzos y voluntades; La Fe es un Don de Dios y que se descubre solo cuando nos sentimos sus hijos y al acercarnos a su Hijo Jesús, nos sentimos contagiados de ese *Pan, de buena calidad,su aroma, sabor y textura.
Pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude a romper las barreras que nos impiden deshacernos de todas las seguridades externas que ofrece el mundo y con el corazón limpio, logremos dar hospitalidad a ese Jesús que es capaz de transformarnos y hacernos valientes guerreros.
Les invito a que multipliquemos la invitación a leer estos mensajes de Reflexión de la Palabra diaria entre tus familiares y amistades. Todo para la Gloria de Dios Padre.