domingo, octubre 20, 2019
REFLEXIÓN DEL EVANGELIO DE HOY
Domingo 20 de Octubre del 2019        

" LA VIVENCIA DE UNA FE INQUEBRANTABLE ABRAZADA CON LA ORACIÓN FIRME Y CONSTANTE"

Oración:
Bendito sea Dios nuestro, Padre grande en generosidad, te damos gracias por la vida que nos regalas hoy y por el poder ver, sentir y escuchar todo ese universo de cosas que has creado. Danos Fe y Esperanza para seguir viviendo y encontrando tu maravilloso Amor en  medio de nuestros afanes diarios. 

Reflexión:

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 18,1-8, Jesús nos sigue enseñando la grandeza de la Vivencia de una Fe inquebrantable abrazada con la Oración firme y constante.

Él, para explicar a sus discípulos la importancia en nuestras vidas de la oración,  hace uso de la parábola del juez y de una viuda que no sintió el cansancio ni la fatiga en solicitar con insistencia al juez, Justicia contra su rival. Hasta doblegar la tan apretada resistencia del juez. 

Nos situamos en el Evangelio de Lc 9,11-13 y vemos en él, que Jesús enseña a sus discípulos, la forma de clamar a Dios por las necesidades apremiantes que requerimos; y les dice: "Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá".

El Evangelio de hoy nos muestra a una viuda desesperada que busca una ayuda urgente al juez,  para que sea justo ante sus clamores; y lo hace con una profunda Fe y esa certeza de que va a ser escuchada hasta lograr lo que buscaba

Cuando tenemos una Fe solida y somos persistentes en pedir a nuestro Padre Dios, podemos ver y sentir que esa unión tiene un efecto indescriptible; ellas, mueven hasta las montañas y derriba al suelo todas las asechanzas del enemigo. 

Que hermoso es dialogar con Dios y descubrir en Él, la grandeza del Amor en su corazón. Pero no olvidemos algo muy importante: La Fe, se solidifica con las obras, las acciones y sobretodo con el sentido que le damos a nuestro ser y actuar en medio de todas las circunstancias de la vida, tampoco no podemos olvidar que debemos ser coherentes entre la oración y la acción.

"El Juez, por un tiempo se negó, pero más tarde, se dijo para sí: Aunque no temo a Dios, ni respeto a los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, así no seguirá molestándome" Lc 18, 4-5

Preguntémonos: ¿ Estamos siendo coherentes  para tener una firme confianza en Dios para hacer que Él nos escuche las necesidades que tenemos? ¿Será que nos falta más oración?

Pidámosle al Espíritu Santo su ayuda para interpretar las gracias que podemos lograr a través de una fe adulta y una oración sincera y constante. 
Oración:
Bendito sea Dios nuestro, Padre grande en generosidad, te damos gracias por la vida que nos regalas hoy y por el poder ver, sentir y escuchar todo ese universo de cosas que has creado. Danos Fe y Esperanza para seguir viviendo y encontrando tu maravilloso Amor en  medio de nuestros afanes diarios. 

Reflexión:

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 18,1-8, Jesús nos sigue enseñando la grandeza de la Vivencia de una Fe inquebrantable abrazada con la Oración firme y constante.

Él, para explicar a sus discípulos la importancia en nuestras vidas de la oración,  hace uso de la parábola del juez y de una viuda que no sintió el cansancio ni la fatiga en solicitar con insistencia al juez, Justicia contra su rival. Hasta doblegar la tan apretada resistencia del juez. 

Nos situamos en el Evangelio de Lc 9,11-13 y vemos en él, que Jesús enseña a sus discípulos, la forma de clamar a Dios por las necesidades apremiantes que requerimos; y les dice: "Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá".

El Evangelio de hoy nos muestra a una viuda desesperada que busca una ayuda urgente al juez,  para que sea justo ante sus clamores; y lo hace con una profunda Fe y esa certeza de que va a ser escuchada hasta lograr lo que buscaba

Cuando tenemos una Fe solida y somos persistentes en pedir a nuestro Padre Dios, podemos ver y sentir que esa unión tiene un efecto indescriptible; ellas, mueven hasta las montañas y derriba al suelo todas las asechanzas del enemigo. 

Que hermoso es dialogar con Dios y descubrir en Él, la grandeza del Amor en su corazón. Pero no olvidemos algo muy importante: La Fe, se solidifica con las obras, las acciones y sobretodo con el sentido que le damos a nuestro ser y actuar en medio de todas las circunstancias de la vida, tampoco no podemos olvidar que debemos ser coherentes entre la oración y la acción.

"El Juez, por un tiempo se negó, pero más tarde, se dijo para sí: Aunque no temo a Dios, ni respeto a los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, así no seguirá molestándome" Lc 18, 4-5

Preguntémonos: ¿ Estamos siendo coherentes  para tener una firme confianza en Dios para hacer que Él nos escuche las necesidades que tenemos? ¿Será que nos falta más oración?


Pidámosle al Espíritu Santo su ayuda para interpretar las gracias que podemos lograr a través de una fe adulta y una oración sincera y constante. 
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Te invito a que multipliques la invitación a leer estos mensajes de Reflexión de la Palabra diaria entre tus familiares y amistades. Todo para la Gloria de Dios Padre.

 
posted by Laureano García Muentes at 1:42 p.m. | Permalink |


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