jueves, octubre 10, 2019

REFLEXIÓN DEL EVANGELIO DE HOY
               
Jueves 10 de Octubre del 2019        

"ORAR CON SINCERIDAD DEL CORAZÓN"

Señor, es muy cierto que durante nuestra vida diaria no encontramos muchas veces espacios para acordarnos de ti. Vivimos muy ocupados y preocupados por lo que acontece y va a acontecer. En esta mañana tan maravillosa, te pedimos que en medio de nuestras distracciones nunca dejes Amarnos y de llamarnos la atención, para que así, podamos tenerte presente y podamos permanecer siempre a tu lado bendiciéndote, adorándote y dándote gracias por todas esas cosas que nos regalas.

Los Evangelios de ayer y hoy tomados de Lc 11.1-4 y 5-13 son una gran enseñanza para la práctica de la oración, a la cual, debemos acostumbrarnos y así, realizarla en todos los momento del día sin desfallecer. 

Dios nos pide fidelidad y sinceridad de corazón.

Muchas veces pedimos a Dios cosas suntuosas e innecesarias para nuestra vida espiritual y Él, que conoce nuestros corazones sabe que muchas de esas cosas nos pueden llevar a la perdición y el alejamiento de su presencia. 

Se me viene a la mente esa parábola del Hijo Prodigo (Lc 15.1-32) donde el hijo menor reclama (pide) a su padre la parte de su herencia. Él padre obra contra toda cordura y se somete a la voluntad de su hijo y le entrega parte de su riqueza. Pero, el hijo que la toma, se siente rico y dichoso, y procede a abandonar su casa, dedicándose a gastar lo que le dieron en placeres mundanos.

En la Palabra de hoy, podemos apreciar que Dios (El Padre) atiende nuestras súplicas, nuestras peticiones, nuestras oraciones. Pero, ellas, no están siempre dispuestas al querer nuestro ni al tiempo ni de lo que deseamos. 

Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes con sinceridad le aman, pero... a su tiempo 

Hoy vemos como muchas personas se enfadan contra Dios y hasta lo maltratan de palabras porque, según ellos, no atiende los deseos y las suplicas que les interesan.

Miren, Dios no complace al hombre cuando al mirar su corazón, nota que sus peticiones son para obtener placeres y no para crecer y madurar como persona íntegra en la sociedad. Él desea que todos crezcamos y  maduramos para ser personas multiplicadores de su Amor, que sintamos la necesidad de ser solidarios y fraternos; y que vivamos cada día una vida espiritual ejemplar.

Dios entiende las múltiples carencias que vive la comunidad y  da a todos por igual. Su alimento es saludable y ayuda, en medio de las preocupaciones a obtener fuentes de vida donde reine la esperanza que ayuda a vivir de verdad la plenitud de la vida. 

Preguntémonos: ¿ Soy testigo ante los demás de la Bondad y la Misericordia de Dios?

Pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude a ser fuertes de vida nueva y que demos a los que nos rodean el testimonio de la atención de Dios con nuestras oraciones. 

Te invito a que multipliques la invitación a leer estos mensajes de Reflexión de la Palabra diaria entre tus familiares y amistades. Todo para la Gloria de Dios Padre.

 
posted by Laureano García Muentes at 6:42 a.m. | Permalink |


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