lunes, septiembre 16, 2019
REFLEXIÓN DEL EVANGELIO DE HOY
           Lunes 16 de Septiembre del 2019                

"NI EN ISRAEL HE VISTO TANTA FE"

Señor, tú eres nuestro Padre Dios, dador de vida. Tu Misericordia es incomparable. Te damos gracias por tus bondades. 

"Señor, no te molestes; no soy digno de que entres en mi casa. Por eso, no me considero digno de acercarme a ti. Pronuncia una palabra y mi muchacho quedará sano" Lc 7.6-7.

La Fe y la Absoluta Confianza en Dios deben ser  las fuerzas que acompañen siempre nuestras oraciones a Dios, acompañada de la pureza y la sinceridad de nuestro corazón. 

Hoy en el Evangelio de Lc 7.1-10 se nos narra un pasaje donde Jesús atiende las peticiones de un centurión romano quien utiliza a unos Judíos notables para que intercedieran ante Él a fin de que fuese a sanar a su sirviente. Ellos, le rogaban insistentemente alegando que se merecía ese favor. 

Gestos de suplica acompañada de la confianza. 
Mostrar a Jesús la transparencia de la intención del centurión era el propósito de los notables judíos. 

Jesús, ve en ellos la búsqueda sincera y percibe el deseo de tener una gran amistad. Es consecuente y percibe que en ellos, no existe el rencor.

La Palabra de hoy nos enseña a ser Sinceros cuando le expresamos a nuestro Padre Dios nuestras necesidades y no son ese tipo de necesidades  que van acompañadas de la avaricia del tener y poseer, o de alcanzar posiciones donde se manifiesta el egoísmo, la vanidad o la corrupción. NO

Cuando se albergan en nuestras mentes y corazones dobles intenciones nuestras oraciones y peticiones al Señor se traduce en hipocresía porque en ellas, existe el intereses mañoso y el querer engañar a Dios con cosas que son para Él incompatibles. 

Estas intenciones dañan nuestras mentes y diluyen la pureza que ha de tener nuestros corazones. 

Al vivir un encuentro cercano con Dios, exige de nosotros un espacio único donde estemos nosotros con Él y vivamos la contemplación y el deseo de entablar una sincera amistad para dar una respuesta sin necesidad de fingir. De allí que el requisito indispensable es la pureza de corazón.

"Al oírlo, Jesús se admiró y volviéndose dijo a la gente que le seguía: "Una Fe no la he encontrado  ni en Israel". Lc 7.9.

Pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude a aumentar en cada momento nuestra Fe y tener una absoluta confianza en Dios para así, realizar unas oraciones sinceras que nazcan de nuestro corazón. 

 
posted by Laureano García Muentes at 7:45 a.m. | Permalink |


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