miércoles, noviembre 28, 2012

NO PERDAMOS LA CONFIANZA EN DIOS

“Despójense de la conducta pasada, del hombre viejo que se corrompe con sus malos deseos; renuévense en su espíritu y en su mente; y revístanse del hombre nuevo , creado a imagen de Dios con justicia y santidad auténticas”.

Efesios.4.17-32

Vamos a iniciar el último mes del año 2.012 y se inicia con él, el tiempo para evaluar, reflexionar, agradecer, perdonar y despedir de nuestro corazón todo aquello que nos ha atado y que no ha permitido avanzar para cambiar y tomar decisiones contundentes a fin de iniciar el camino tras las huellas de Jesús Salvador.
En verdad, nos hemos venido acostumbrando a vivir la vida de manera acelerada y vamos olvidando lo fundamental, que es amar a Dios, a nosotros mismos y a todos los que viven y están a nuestro alrededor. Nos empeñamos solo en “hacer” y olvidamos el “para que” estemos realizando las cosas.
No nos detenemos y no nos sentamos a analizar el tiempo trascurrido; evaluando nuestras vidas para así, aprender de nuestros errores y ver las posibilidades de mejoras para continuar la vida hacia adelante.
Frente a este escenario la iglesia nos propone cada año un tiempo de “Adviento” que significa preparación para recibir y hacer centro de nuestras vidas al Señor en nuestros corazones. Esto nos lleva a hacernos fuertes y firmes para  tomar decisiones cuando realicemos el momento de la introspección.
Que ideal sería que desde ya todos nosotros tomásemos la decisión firme y decidida de evaluar lo que de manera individual, como familia y comunitariamente hemos realizado día a día durante este año que está terminando. Y en una hoja de papel anotáramos todos los hechos que nos fueron significativos y, en una columna, al lado de cada unos de esos hechos, escribiéramos que responsabilidad hemos tenido frente a esas experiencias, como las interpretamos y como las enfrentamos. No nos olvidemos que cada uno de nosotros somos responsables nuestra vida.
Lo importante de este ejercicio es que en la medida que lo vayamos realizando notemos la capacidad que nos regala Dios a través de su Espíritu Santo para discernir e interpretar nuestras realidades.
No nos asustemos ni tengamos miedo en esculcar nuestros corazones. Si lo hacemos con decisión y firmeza, de la mano de Jesús Salvador atreviéndonos a cambiar, vamos a encontrar un camino donde existe serenidad, confianza, mansedumbre y firmeza. Sabemos que no es fácil, pero atrevámonos.
Miren, en la vida que hemos venido construyendo siempre vamos a encontrar sufrimientos, preocupaciones, problemas, pérdidas significativas, enfermedades, tristezas, momentos de alegría, etc. Los cuales hemos cargado como hijos de Dios a través del tiempo como una cruz. Ni siquiera nos hemos percatado que todo lo hemos realizado sin agobios inútiles, sin rebeldía ya que Jesús nos ha enseñado que es lo que debemos hacer cuando la cruz se siente grande y no la podemos cargar.
Lo importante de todo este proceso es darnos cuenta de la capacidad que poseemos de interpretar las cosas de la manera como mejor nos parezca y dándole luz a todas esas sombras. Ello, es el componente principal para que alcancemos poco a poco la felicidad.
Cuando estemos a punto de terminar nuestra evaluación démosle gracias infinitas a Dios por darnos la vida por todos estos años que hemos venido construyendo y que a pesar de nuestros errores, sabemos que hemos confiado en El. Que encienda desde ya el fuego de la felicidad y del amor para que podamos a través de nuestras acciones construir la paz que tanto necesitamos en el año que está por comenzar.
 
SEÑOR, EN TI CONFIAMOS, DANOS LA CAPACIDAD PARA EVALUAR NUESTRAS VIDAS Y LLENANOS DE TU SABIDURIA PARA PODER SEGUIR CONSTRUYENDOLA DE ACUERDO A TU VOLUNTAD.
 
posted by Laureano García Muentes at 6:18 a.m. | Permalink |


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