Que orgullosos nos sentimos de ser Salvatorianos y de ser hijos espirituales del Padre Francisco María de la Cruz Jordán y de la Beata María de los Apóstoles.
Hoy concluimos los Salvatorianos Religiosos, Religiosas y Laicos en todo el mundo, un mes lleno de gracias y bendiciones.
Si, en este mes, nuestro Dios nos ha regalado la oportunidad de meditar y de revitalizar nuestra vocación Salvatoriana incitando en cada uno de nuestros corazones el fuego de la pasión, para que con ella, continuemos con ardor y entusiasmo esos ideales que el Padre Francisco María de la Cruz Jordán y la Beata María de los Apóstoles apostaron para nosotros.
Jordán y la Madre María nos exhortan cada día a ser hombres y mujeres que, desde nuestro propio liderazgo, seamos capaces de trabajar por hacer de nuestras vidas un apasionamiento por el servicio principalmente por el pobre y necesitados del amor de Dios y a realizar nuestros sueños por la causa del Reino. Metas que ellos mismos forjaron y nos dejaron como herencia perenne.
El Padre Ignacio Madera SDS, en el XIX Encuentro Nacional de los Salvatorianos Laicos, nos exhortaba en “la necesidad de experimentar una conmoción, que sacuda y ayude a identificar la opción fundamental, el modo que hemos elegido vivir, el compromiso y vocación”, y nos decía...”ha llegado la hora de la adultez y del compromiso serio para vivir la vocación Salvatoriana con gozo, esperanza, responsabilidad y entusiasmo y que dé sentido y dinamismo a nuestro liderazgo cristiano”
Por lo tanto, El ser Salvatorianos hoy no significa entrar en adormecimientos, ni en letargos, ni mucho menos en esperas, sino en sentir que esa fuerza interior que nos inspira el Espíritu Santo, nos ayude a movernos, a luchar, a sufrir y a buscar incansablemente nuevas formas de vida, para que muchos hombres y mujeres, conociéndonos, puedan lograr con decisión y sin miedo, iniciar la transformación que contagie al mundo, para que este, sea capaz de vivir el amor, la justicia, la paz y la fraternidad.
Nuestro compromiso está ahí plasmado, Jordán y la Beata María así no los han definido en sus escritos: P. Jordán: “NO AVANZAR, SIGNIFICA RETROCEDER”, “NO TE DEJES ZARANDEAR DE AQUÍ PARA ALLÁ COMO UNA CAÑA POR EL VIENTO, SINO SÉ CONSTANTE EN EL SERVICIO DE DIOS. POR MUCHA OSCURIDAD QUE HAYA EN TU INTERIOR TU PADRE LA DISCIPARÁ A SU DEBIDO TIEMPO SI ERES FIEL A ÉL”
Beata María de los Apóstoles: “FINALMENTE MI PECHO ENCONTRARÁ, LO QUE DURANTE TANTO TIEMPO HE ANHELADO, MI JURAMENTO DE HOY, PARA SIEMPRE ME ATARÁ, A HACER CONTINUAMENTE, LO QUE TANTAS VECES HE DESEADO….A MENUDO PENSÉ: CUÁN DICHOSO ES QUIEN AMA, Y EL QUE POR EL HERMANO SU VIDA OFRECE”