martes, agosto 17, 2010
APASIONEMONOS POR SEGUIR A CRISTO

En estos días que hemos estado compartiendo la experiencia vocacional con todos nuestros hermanos de comunidad a nivel nacional en el marco del XIX Encuentro Nacional de los Salvatorianos Laicos de Colombia en la ciudad de Cali, pudimos concluir que todos los hombres hemos estado bendecidos por Dios por su gran amor hacia nosotros y que solo Él nos hace sentir muy valiosos.

Que para vivir un verdadero compromiso y una vocación por seguir de cerca los pasos de Cristo, es necesario que todos nos llenemos de su fuerza y de ese ánimo que nos haga apasionar cada vez más de su Palabra y virtudes y así, continuar adelante con nuestra vida siendo sus testigos visibles para muchos hombres en el mundo.

Que hermoso sería que desde hoy aviváramos ese fuego de su amor en nosotros y con esas fuerzas que nos regala su Espíritu Santo, renovemos ante Él nuestras fuerzas y compromisos que asumimos al celebrar nuestro bautismo y la imposición de las manos; y que, por nuestra disposición nos han convertido en testigos y misioneros perennes de su Vida y de su Palabra para el mundo.

La segunda carta del Apóstol San Pablo a Timoteo Cap. 1 6-7, nos ayudará a sincronizar nuestras intensiones e impulsos, cuando encontramos que en ella, él nos exhorta a sentir que nada hay imposible para el que ama verdaderamente a Dios. En ella él nos dice: “Por eso te recomiendo que avives el fuego del don que Dios te dio cuando te impuse las manos. Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino un espíritu de poder, de amor y de buen juicio”

De verdad, nosotros no hemos recibido un espíritu que nos hace incapaces o nos deje sin fuerzas para conmocionar nuestra vida, Al contrario, Dios nos ha dado un Espíritu de Poder que hace en nosotros grandes maravillas y que para Él, nada le es imposible.

Hoy les anuncio a todos, que ese poder infinito está en nuestros corazones. Ese Poder, nos está invitando a todos sin excepción a levantarnos y ha llenarnos de seguridades para que podamos hacer prevalecer ante tanta inestabilidad del mundo, la primicia del amor y el buen juicio.

Aprendamos a discernir, a saber actuar y a tener nuestras propias interpretaciones. Que seamos capaces de escuchar la conciencia y a seguirla no siendo veletas que se muevan fácilmente cuando el viento les abata.

SEÑOR, AYUDANOS A SER APASIONADOS DE TU CAMINO Y A NO DEJARNOS VENCER POR LOS DESEOS DEL MUNDO.
 
posted by Laureano García Muentes at 8:16 a.m. | Permalink |


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