jueves, junio 24, 2010
COLOCA EN LAS MANOS DE DIOS LAS NUEVAS ILUSIONES

Cuando en la vida nos detenemos y miramos a Cristo Resucitado, nos damos cuenta que Él, como nuestro Guía y Salvador, siempre está dispuesto a tomarnos de la mano y ayudarnos, para que sin temor alguno, salgamos más que vencedores.

Miren, Él es nuestro Maestro, nunca nos dejará en la cruz, nos exalta, nos resucita y nos hace libres.

Cuantas veces nos hemos sentido decepcionados y adoloridos por muchas circunstancias que suceden. Es posible, que en ese alguien en el cual hemos confiado tanto, nos haya traicionado o defraudado por ese proyecto que con tanta ilusión y sin mirar a Dios, veníamos desarrollando con tanta dedicación, con toda las precauciones y seguridades. ¿Cuántos serían hoy esos sentimientos devastadores en nuestra vida?

Miren, si recordamos ese pasaje de nuestro Evangelio, en Lucas 24. 13-35 Los Discípulos de Emaús, el Señor se les aparece a sus discípulos para mostrarle la veracidad de su paso a la Vida Eterna para que ellos crean y para que den testimonio a los demás.

Jesús quería escuchar de boca de ellos lo que pensaban de Él para poder iniciar una conversación.

Al leer este pasaje, recordaremos que Jesús en su vida pública, les había anunciado en varias ocasiones su Muerte y Resurrección para preparar el corazón de todos y de cada uno de los que quisieran escucharlo. A pesar de los muchos milagros que hizo para demostrar que era Dios, a pesar de sus discursos, a ellos, sus discípulos les costaba creer el porqué y el para qué de la Misión que tenía.: no captaban el concepto de la Vida Nueva y del Reino de Dios.

Que hermoso es ver en esa narración como los discípulos que iban decepcionados y atribulados pudieron abrir sus corazones cuando charlaban con Jesús; y como ellos después lo invitan a quedarse con ellos cuando caía el sol y el Señor, accede a su pedido.

Pero como el amor de Dios es más grande que las decepciones, Jesús siguió dándose y se quedó a cenar con ellos, se entregó, y les dio de comer el Pan de vida Eterna.

Que bueno sería que hoy hagamos una lista de esas nuevas ilusiones, que queriendo colocar en primer plano, se las entreguemos a Dios en sus manos. A que descubramos en ese Padre – Dios, su amor, su paz y misericordia; y de Él, con esa gracias motivantes que nos regala e impulsan dejemos de lado todo sentimiento de odio, decepciones, frustraciones y nos hagamos fuertes triunfadores.

Lo más importante es aprender que en una relación estrecha con Dios podemos lograr sanar todas nuestras heridas y llenarnos de ilusiones nuevas.
No podemos permitir que las derrotas, las frustraciones y las traiciones nos vayan cerrando toda posibilidad de ilusión y esperanza. Miremos siempre al Resucitado que nos puede ayudar a que salgamos más que vencedores.

SEÑOR, EN TI CONFIAMOS, TU NOS GUÍAS Y NOS MUESTRAS EL CAMINO CORRECTO PARA LLENAR NUESTRA VIDA DE ILUSIONES NUEVAS.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:32 a.m. | Permalink |


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