La invitación que hoy les hago a todos ustedes, es a tener paciencia en las decisiones de Dios. Recordemos que el tiempo que Dios dispone para nosotros nunca coincide con el nuestro.
Cuantas veces nos afanamos por ver realizado uno de nuestros sueños; sueño que nos ha desvelado muchas veces y que, por nuestros caprichos queremos desde hace mucho tiempo que Dios nos lo conceda; y que por fin, en el día menos pensado, nos lo otorga sin ese afán que teníamos. Si, nos impacientamos y hasta muchas veces nos desesperamos, nos desmotivamos y hasta nos creemos frustrados.
Dios cumple sus promesas y nosotros tenemos que ser pacientes para ver que esas promesas se nos van cumpliendo.
Si recordamos ese hecho de la Sagrada Biblia, (Hechos 6, 14) cuando Dios le dijo a Abraham “Si, Yo te bendeciré y haré que tu descendencia sea numerosa” , Él nos sintetiza aquí el compromiso por hacernos a todos los hombres felices, por llenar todos aquellos vacíos existentes de esas decisiones que tomamos mal o aquellas que otros pueden generar hacia nosotros.
Abraham espero; y esperó con paciencia y Dios le cumplió lo prometido (Hechos 6,15).
Tengamos la seguridad en que Dios no falla, cumple sus promesas. Confiemos plenamente en su Palabra y así veremos prontamente y en el tiempo que menos pesemos, que Él no nos defraudará y que su gloría se realiza en nuestras vidas.
Nos toca esperar. Y esperar con paciencia, a no desesperarnos por ver pronto las cosas realizadas. A trabajar activamente y a depositar en sus manos todos nuestros sueños y esperanzas; a luchar por hacer posible nuestras vidas y así, con el tiempo de Dios, lo que deseamos se nos concederá.
Pidámosle lo necesario que necesitamos y abrámosle las puertas de nuestro corazón con la seguridad de que vamos a ser felices con su ayuda, así, nunca saldremos derrotados.
SEÑOR, HOY TE DAMOS GRACIAS POR HACERNOS ENTENDER QUE TU NOS AMAS Y QUE MOS AYUDAS PARA QUE SEAMOS FELICES.