lunes, agosto 23, 2010
CRISTO HA DE SER NUESTRO MODELO DE VIDA

Durante su vida, Jesús siempre se nos mostró como el modelo ideal, el hombre “perfecto”, que nos invita a que le sigamos. Ha enriquecido nuestras vidas enseñándonos a recurrir siempre a nuestro Padre Celestial mediante la oración. Nos ha instruido y nos ha marcado el camino para que aceptemos libremente el desprendimiento y las persecuciones basándonos en el amor a todos, sin ese egoísmo centrado en las discriminaciones de raza, religión y clases sociales. Además, nos invita a que dejemos de lado todo apego a las cosas materiales.

De verdad, seguirle es todo un programa de vida nueva y autentica.

Es para nosotros, Padres de familia, un deber como cristianos enseñar a nuestros hijos a que aprendan día a día de la vida de Jesús, no solo de palabras, sino con nuestras acciones que han de transmitir sin lugar a dudas, nuestro testimonio de vida coherente a su seguimiento.

Juan Pablo II, en el IV Encuentro Mundial de las Familias del 25 de enero de 2003 en Filipinas, nos daba esta consigna: "¡Con la ayuda de Dios hacéis del Evangelio la regla fundamental de vuestra familia y de vuestra familia una página del Evangelio escrita para vuestros tiempos!".

Cuanta enseñanza podemos encontrar en muchos de sus pasajes durante su vida entre nosotros. Ellos, están descritos en las páginas del Evangelio.

Por ejemplo, Jesús nos pide a sus apóstoles que aprendamos de los niños. Esto puede ayudarnos a comprender que Él es su mejor Amigo. Que cuando andaba por los caminos de Palestina ya los recordaba y hablaba de copiar la sencillez de ellos y como un ejemplo para aquellos discípulos desbordados por su trabajo; y les decía: "Dejad que los niños se acerquen a mí".

Miren, cada familia, según sea su estilo y en el momento adecuado, puede encontrar algún versículo del Evangelio sobre momentos de la vida de Jesús que sea un modelo de vida. Frases, plegarias, sermón de la montaña, conversaciones con los apóstoles y discípulos, etc., sobre los cuales se puede reflexionar para encontrar el momento de explicarlo con sensibilidad y claridad, según la capacidad de comprensión y edad del hijo o hija.
Estos, explicados con toda la sencillez quedarán siempre, en lo más profundo de su alma.

SEÑOR, TOMAMOS CONCIENCIA HOY DE NUESTROS ACTOS EQUIVOCADOS, NOS ARREPENTIMOS. AYUDANOS A SANAR Y A CONOCER DE VERDAD TUS SENDAS QUE TRANSFORMAN LA VIDA.
 
posted by Laureano García Muentes at 8:01 a.m. | Permalink |


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