miércoles, octubre 07, 2009
EN LA MEDIDA QUE LE ABRAMOS LOS ESPACIOS A DIOS, ÉL NOS SANA Y AYUDA A SALIR ADELANTE

Colocar toda la vida en las manos de Dios y apostar toda confianza en Él, ha de ser el ideal de todos los hombres.

Somos hoy muchos en el mundo los que atravesamos cañadas oscuras, llenas de muchos impedimentos y problemas, que nos hacen apartar y creer que estamos siendo rechazados por la sociedad que nos rodea.

Cuantos sentimientos de culpa, que nos hacen encerrar a vivir nuestras soledades sin importarnos nada; nos alejamos de Dios, de nuestras familias, trabajo, amistades, en fin, vivimos destrozados, frustrados y hasta huyendo de nosotros mismos.

De verdad, vivimos muchos en esa soledad que nunca se llenará y lo peor de todo, es que nunca se acabará, porque se convierte en una especie de hoyo ennegrecido donde se acaba todo lo que en el cae.

Hemos dejado de amarnos; y lo peor de todo es que también hemos dejado de amar a los que están a nuestro lado. Nos hundimos en el temor y desconfianza y naufragamos en el pesimismo, la amargura y la tristeza.

Si nos abrimos a Dios cambiamos nuestras rutinas, sanamos nuestro corazón y con Él como centro de toda nuestra vida, podemos salir adelante.

Nada de lo que pensamos está perdido aún, a pesar que para muchos haya pasado ya mucho tiempo. Estamos vivos y todavía nos queda mucho por delante, donde podemos reconstruir y sembrar sueños y esperanzas junto a todas las personas que amamos.

Tenemos que volver y confiar en Dios, vivir como Dios, en el buen sentido de la expresión. Quien vive y ama como Dios, vive y ama como Jesús, nuestro Salvador, quien nos ama hasta el extremo.

Tengamos fe optando por un sentido pleno y radical que triunfe sobre todo absurdo. Nuestra fe en Dios camina hacia nuestra perfección y no hacia la catástrofe.

SEÑOR, ENSEÑANOS A SER FIRMES EN NUESTRAS DECISIONES Y A VIVIR LLENOS DE TUS GRACIAS Y VIRTUDES.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:54 p.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>