viernes, septiembre 04, 2009
VAMOS NO TENGAMOS MIEDO, REMEMOS MAR ADENTRO

Es sorprendente la suavidad con que Cristo va guiando a sus amigos hacia la conversión. En el pasaje que nos departe San Lucas (5,1-11), La pesca Milagrosa, nos podemos dar cuenta cómo Jesús logró conquistar a Pedro.

Y es que Pedro, antes de conocer al Señor, era Simón el pescador. Un hombre recio, acostumbrado a la dura tarea de la pesca. Seguramente era uno de los más importantes del negocio y uno de los más respetados, debido a su carácter fuerte.
Jesús se acercó a él, se subió a una de las barcas y le pidió que se alejara un poco de la orilla para poder predicar a la muchedumbre. Pero Pedro mientras Jesús hablaba estaba pendiente del timón y de los remos y quizás no le interesó escuchar las palabras del Señor.

Pero a pesar de ello, Jesús le miró y le dijo que tomara el rumbo de su barca y la llevara mar adentro, a pescar. Simón se extrañó. ¿Pero cómo? ¿No sabe éste que yo soy un profesional? Si no he pescado nada durante la noche, ¿cómo voy a hacerlo a pleno día?
Sin embargo, le dijo: Lo haré porque tú me lo pides.

Jesús en su sabiduría esperaba estas palabras. Esperaba un poco de humildad por parte de Pedro, el impetuoso. Fue entonces cuando se obró el milagro. “Y pescaron gran cantidad de peces”. Al ver lo sucedido, Pedro se olvidó de la pesca y cayó de rodillas ante Jesús.

El Señor sabía muy bien cómo ganárselo, con amabilidad, sin recriminaciones. Y luego le dijo: “No temas, desde ahora serás pescador de hombres”.

Tu y Yo estamos hoy llamados a tomar en nuestras manos el rumbo de nuestra barca, sin temor alguno y teniendo absoluta confianza en el Señor. Tomar las redes de su Verdad, de su Justicia y de su Amor, para demostrarle al mundo que solo Él es quien nos salva.

Tu y Yo estamos invitados a conquistar el mundo, a llevar la Palabra de Vida abundante, a todas las gentes en cualquier ambiente y situación. A decirle a los hombres y mujeres de hoy, que cambien su vida, que se aparten de las cosas del mundo y se vuelvan al Señor.

El mar de nuestra vida es incierto y a veces se vuelve tenebroso, pero solo con la compañía y la guía de Jesús, lo cruzaremos llenos de esperanza y sin temor. ¡ VAMOS, ADELANTE JESÚS ESTÁ CON NOSOTROS!

SEÑOR, TU PALABRA ES VIDA Y ELLA NOS GUÍA POR LA VERDAD, CONFIAMOS EN TI.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:43 a.m. | Permalink |


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