lunes, agosto 10, 2009
DIOS ESTÁ EN NUESTRAS VIDAS Y NUNCA NOS ABANDONA

Somos muchos los que nos preguntamos el porque, en nuestro diario vivir, hay personas que, haciendo las cosas mal, actuando al margen de la moral y de la ética obtienen, de manera aparente, los mejores resultados; y a la vez, nos encontramos con personas honestas, que han hecho siempre el bien, disciplinadas y trabajadoras que obtienen los peores resultados y viven el sufrimiento y la pobreza.

A ellos tenemos que decirle, que Dios está en nuestras y vidas y que nunca nos abandona, aunque no lo alcancemos a percibir. De verdad, Él está ahí amándonos y ayudándonos a seguir siempre adelante.

Miren, la vida la construimos nosotros con plena libertad y con toda nuestras capacidades de decisión. Dios nos hecho libres para actuar en la vida; por ello, nunca podemos responsabilizar a Dios de todo lo que nos sucede y tampoco a señalarlo, como muchos lo solemos hacer al decir: ¿Y… donde está Dios?, ¿Por qué nos sucede esto?, etc.

Si analizamos la vida de Jesús vemos que a Él le sucedió casi lo mismo. Él recibió mal a cambio de bien, ofensas a cambio de las palabras alentadoras y sanadoras que utilizó, odio a cambio del amor que entregó, soledad a cambio de su gran amistad sincera que dio, muerte en cruz a cambio de la vida del Espíritu que regalaba día a día.

Me pregunto: ¿y quien ganó al final?, ¿ellos, los hombres que renegaban de Él?, ¿Quién sigue vivo y ligado a nuestras vidas?

Jesús resucitó a la vida de Dios para nunca más volver a sufrir o sentir los dolores propios de la vida diaria. ¿No nos atreveríamos hoy a triunfar como Él de una manera definitiva sin importarnos perder algunas batallas diarias y llegando a vivir la plenitud de Dios?, ¿será ese nuestro ideal?.

Es por ello tenemos que estar siempre animados y con mente positiva confiando plenamente en Dios. Recordemos que Él dispone todas las cosas para el bien de quienes le aman. No cedamos un paso, no dejemos que el mal nos detenga; vivamos haciendo el bien y triunfando apoyados de la mano de Dios y veremos así, que un día, saldremos victoriosos por Aquel que nos amó hasta el extremo y que ofreció su vida por cada uno de nosotros.

Les propongo algo: Valdría hoy la pena que todos recordáramos esos momentos en los cuales nos considerábamos perdidos y en los cuales salimos más que vencedores.

SEÑOR, SANANOS Y DANOS TU FUERZA Y PODER PARA VENCER.
 
posted by Laureano García Muentes at 8:47 a.m. | Permalink |


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