La Palabra de Dios es fuente de animo, seguridad y fuerza. Ella nos ayuda a seguir adelante en medio de todas las dificultades. Así nos lo muestran los diferentes personajes que en ella encontramos, los que nos animan a seguir el camino que nos lleva hacia la perfección, sin ningún temor.

Nos hemos acostumbrado tanto a pensar que no somos capaces de enfrentarlo todo y nos olvidamos de Dios. Nos llenamos tanto de negativismo que pensamos que todo está perdido, nos maravillamos y hasta magnificamos la dificultad y el problema dándonos por vencidos.

Cuando vamos rumiando la Palabra de Dios y degustamos de ella, nos vamos dando cuenta que Dios siempre está a nuestro lado y que sí Él está con nosotros, nadie podrá contra nosotros.

No se trata de negar las incapacidades que tenemos, sino que de verdad, tenemos que vivirlas siempre desde el poder de Dios, para que así, ellas no sean obstáculos para nuestro caminar hacia el triunfo.

De allí, es que nadie de nosotros se ha de sentir inferior al otro, recordemos que todos somos iguales. Todos tenemos la capacidad de descubrir a Dios en medio de las alegrías y tristezas, triunfos y dificultades. En cada momento de nuestra vida Él nos llena de muchas fortalezas para que salgamos adelante.
Recordemos que Dios está con el más débil y el más necesitado.

Sintamos en este momento que Dios nos llama a que degustemos de su Palabra viva y eficaz, que a pesar de todas nuestras ocupaciones, podemos sacar momentos para dedicarle un tiempo, que podemos sentirnos capaces de entablar un dialogo con nuestro Padre, que estaremos dispuestos a escucharle y a que Él nos escuche.

Tengamos la seguridad que Él está ahí y que nunca ha dejado de amarnos. Él ansía salir a nuestro encuentro y a caminar junto a nosotros para enfrentar todas las batallas y ayudarnos a ganar.

Tomemos conciencia de todas las posibilidades que Dios ha puesto en nuestro corazón, que Él nos va preparando para enfrentar todas las pruebas que nos trae la historia y que en cada instante de la vida Él nos bendice para que salgamos más que vencedores.

SEÑOR, CONFIAMOS EN TI Y ESTAMOS SEGUROS DE TU COMPAÑÍA PERMANENTE Y AMOROSA.