jueves, abril 30, 2009
DIOS NOS ABRE SIEMPRE AL MAÑANA

Dios nos abre siempre al futuro y solo con Él debemos construirlo. ¿Cuantos somos los que pensando en el ayer nos perdemos el mañana? Muchos nos hemos quedado estáticos, sin apuntale al crecimiento personal ni espiritual por estar atados a las situaciones del ayer que ya son imposibles cambiar.

Hoy es importante que reflexionemos la afirmación más contundente de nuestra condición humana: “Somos seres temporales y todo el tiempo que pasa no vuelve jamás”

La historia que hemos vivido no puede ser cambiada, ni para bien ni para mal; lo que pasó ya no se puede corregir, ni mucho menos repetirse igual, ni borrarse. Tenemos que aceptarla tal cual como fue y aprender de ella.

En el ayer siempre podremos encontrar algunas respuestas a nuestras inquietudes personales que hoy nos pasan. En el ayer encontramos como hemos venido creciendo y aprendiendo a solucionar muchos problemas y conflictos. Pero ojo, no podemos vivir de añoranzas, ni negar lo que acontece en el presente. Tenemos que decirle adiós a todo aquello que nos hizo tanto daño y aprender de esas experiencias lo que nos ha hecho crecer.

La vida tenemos que entenderla como un proceso que nunca se acaba en lo que yo puedo y aprendo a ser mejor todos los días.

Cuando nos lanzamos al futuro nos sentimos tímidos a ello, pero la vida es así, de lucha, de persistencia, de riesgo y de aventura. Y los miedos y temores tenemos que vencerlos, de allí que tenemos que confiar absolutamente en Dios, avivar nuestra fe y fortalecer nuestras esperanzas.

Es importante que nos acerquemos de manera humilde ante nuestro Salvador y con un corazón sincero le digamos:

Señor, sabes muy bien que hemos dado pasos equivocados para conseguir las metas soñadas, sabes que tengo muchas claridades con respecto a lo que debo hacer, por eso te pido que me regales tu asistencia, que me hables en la vida y me muestres el camino de tu voluntad. Ayúdame a interpretar los signos de los tiempos y a no dejarme segar por el orgullo, la soberbia, la envidia y la prepotencia. Solo contigo a tu lado me declaro vencedor.
 
posted by Laureano García Muentes at 7:37 a.m. | Permalink |


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