lunes, mayo 25, 2009
EL AMOR A NUESTROS HERMANOS

Existe hoy entre los hombres una deuda de amor; una, para con nosotros mismos y otra para con aquellos que más lo necesitan y no poseen nada. Los más necesitados.
Solo somos felices cuando, con nuestro testimonio, hacemos un mundo más feliz, hacemos vivir el amor entre los que nos rodean e inspiramos la libertad.

Para poder entender lo que significa el amor verdadero, es indispensable descubrir la entrega sincera a Jesús. Él quien nos demostró el amor providente del Padre hasta entregarse a una muerte en cruz por nosotros.

El mandamiento del amor tiene dos vertientes: Amarnos por igual como Cristo nos ha amado. A la línea vertical del amor a Dios se le cruza la horizontal del amor al prójimo. Y la reciprocidad consiste en que todos sin excepción tenemos algo que dar y algo que recibir.

Quien profesa el amor autentico siempre estará dispuesto no solo a dar de sus bienes materiales sino también su misma vida por una persona que ama.
El amor no solo está basado en la atracción física, ni tampoco es un sentimentalismo. Es un compromiso serio y cotidiano de renuncia y donación. Es fidelidad y comprensión.

San Pablo en la 1 Carta que le escribió a los Corintios Cáp. 13, nos da a conocer una definición muy completa del amor, quien claramente nos manifiesta que “el que no tiene amor, no es nada ante el Señor”
Él nos manifiesta que “El amor todo lo cree, lo espera, lo soporta y no termina nunca”.

El amor es como una chispa encendida que prende el corazón del hombre y que debe saber utilizar. No podemos apagar nuestra capacidad de amar, amando solo de palabras, sino con hechos y con la verdad.

Como hemos devaluado en nuestro medio la palabra amor. Hablamos de amor y le clavamos una daga al hermano, pedimos que nos amemos unos a otros y sembramos en medio de nuestro entorno la violencia, el odio y el rencor.

El amor nos da el sentido a la vida y edifica al hombre en medio de tanto sacrificio. Por ello, el amor es la razón de nuestras sonrisas y de nuestras lagrimas.

SEÑOR, TU NOS HAS REVELADO EL AMOR, CONCEDENOS SER TESTIGOS EN MEDIO DE NUESTRAS ACTIVIDADES DIARIAS.
 
posted by Laureano García Muentes at 9:23 a.m. | Permalink |


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