miércoles, mayo 20, 2009
AMAMOS DE VERDAD CUANDO ASUMIMOS LA VIDA CON HUMILDAD

Los seres humanos nos vamos complementando a partir de nuestra singularidad; con ella, podremos enriquecernos los unos a los otros.
En la medida que nos relacionamos ya sea en familia, en el trabajo, como parejas y en la amistad con los demás, nuestras buenas relaciones se forjarán de manera compensadas cuando se construyan bajo la base del compartir y de la ayuda. Más no en la competencia.

La peor actitud que asume el hombre para convivir y trabajar con otros es la prepotencia. Ella, nos hace sordos, injustos, competitivos y hasta inseguros frente a aquellos con quien se comparte la vida.

Y es que la prepotencia es como una mascara que se coloca un individuo, detrás de ella, se esconden los sentimientos de inferioridad que existen en su corazón.

Quien vive en prepotencia con los demás generalmente es rechazado y distanciado por aquellos con quien convive. Son esos llamados hoy “puentes rotos” ya que nadie los pasa. Por lo general, estas personas terminan viviendo solos y marginados.

Bien sabemos que no somos perfectos. Que necesitamos equilibrio en la vida y capacidad de reconocer lo que hacemos mal.

Para ser feliz hay que tener humildad. Hay que ser consientes de todas las capacidades que tenemos y sobre todo que somos criaturas de Dios. Que seamos capaces de reconocer que tenemos diferencias y que las podremos ir superando en la medida que trabajemos sobre ellas.

El convivir con otros ha de estar basado simplemente en esta correlación: aceptar que quien está al frente nuestro, tiene tantas cualidades y dificultades como yo.

Seamos pues humildes y amemos unos a otros con ese mismo amor que Cristo nos enseñó. Procurémonos desechar las actitudes nuestras que van en contra de la humildad y propongámonos a ser más humildes cada día brindando el amor a los que están a nuestro alrededor y a los que conviven con nosotros.

SEÑOR, DANOS SABIDURÍA PARA CORREGIR NUESTROS ERRORES, LLÉNANOS DE TU TERNURA PARA SER MUESTRAS DE TU GRAN AMOR.
 
posted by Laureano García Muentes at 6:14 a.m. | Permalink |


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