Si de verdad Jesús nos ha tocado y ha despertado en nosotros la necesidad de seguirle, siendo Él nuestro amigo y nosotros sus testigos; pues entonces, atrevámonos desde ya a soñar con los cambios en la vida.

Si, ¿ sabes por que? El orden establecido en el mundo no tiene por que ser el definitivo. Mira. El desarrollo y la miseria de millones de personas son fruto de las decisiones de los hombres. Y… Hay que tener el valor de modificarlas o de cambiarlas. Quien se embarca con Jesús a navegar vera muy pronto, que la tierra donde vivimos, compartimos y soñamos junto a nuestra familia y amigos cercanos, ha de ser común para todos.

El mundo se mueve en torno al egoísmo y al individualismo, pero ojo, como seguidores del Jesús Maestro, tenemos la necesidad urgente de pasar a ser solidarios y a preocuparnos cada vez más por los demás. En otras palabras, hacer que ellos tengan el mismo valor de enfrentar los cambios que se han de realizar en la vida.

¿Quieres seguir a Jesús el Cristo? Pues bien; te invito a que seamos capaces de soñar con hacer de este mundo un lugar diferente donde todos por igual podamos vivir invirtiendo todo nuestro ser en los valores que Dios nos ha enseñado y donde lo económico y lo material no ocupen el primer lugar, sino que todos sirvamos a Dios, lo alabemos y le demos gracias por sus bondades y su eterna misericordia para con nosotros.

Que bueno es que hoy nos comencemos a hacer preguntas sobre nuestro entorno existencial, desmenuzando así lo que hoy existe y de una vez por todas comencemos ha planear por construir una nueva razón de vida, comprometiéndonos ha cambiar nuestros hábitos y costumbres de derroche y consumo, haciendo surgir en nuestro contexto, nuevos comportamientos y nuevas acciones.

Recordemos que lo que nos propone Jesús es una revolución tanto comunitaria como personal sobre todo en lo espiritual y profundo. Recuperemos desde ya nuestra conciencia y fijemos nuestra mirada en Él, dejando de una vez por todas de engañarnos de esa felicidad ficticia que nos propone el dinero, el poder y el placer; y así, planeemos marchar ya con entusiasmo descubriendo que la sociedad donde vivimos nos ha cambiado los corazones de carne en corazones de piedra.

No nos asustemos por la propuesta que nos hace Jesús, Él es claro y exigente, no quiere engañarnos.

SEÑOR, RENUEVA NUESTROS CORAZONES Y HAZLO IDENTICO AL TUYO.