viernes, agosto 21, 2009
JESÚS DIJO AL PARALÍTICO: ¡ LEVANTATÉ Y ANDA!

Las palabras de Jesús nos llevan hoy a recapacitar lo importante de la conversión y de la fe. ¿Cuantos hoy no podemos ya ni caminar y al sentirnos desahuciados, nos ahilamos de todo y nos encerramos a sufrir sin razón de ser, las penas que se han ido forjando a través del tiempo en nuestra vida?.

El grupo de hombres que al notar la incapacidad del paralítico y las ansias que tenía éste de acercarse a Jesús; se ingenian la camilla y la forma de llevar cargado al enfermo, venciendo todos los obstáculos de ese camino pero vivenciando una sola fe y convencidos de que Él le sanaría de todos los males. ¡Que acto de esos hombres!

Hoy ese gesto de bondad, nos ponen de presente a todos, la necesidad de la reconciliación y de ser solidarios y misericordiosos con los demás.

Tengamos hoy presente que no estamos solos y que todos debemos colaborar para el bien de los demás. Es cierto que el único que puede perdonar los pecado es solo Dios, pero, es Jesús quien nos toma de la mano y nos perdona los pecados, porque Él es el mismo Dios.

Cuando esos hombres nos muestran la grandeza de la fe al cargar al paralítico, reconocen en Jesús el verdadero Enviado de Dios que quiere salvar a los hombres y llegar a la raíz principal de todos los males de la persona: el pecado.

El ejemplo de quienes cargan al paralítico nos dejan presente un ejemplo sin igual: Tenemos que acercarnos a Jesús con los mismos medios que Él nos enseñó y ha dejado perenne en su Iglesia para llevarnos a la reconciliación y a la paz.

En la reconciliación y el perdón de los pecados, se puede constatar la eficacia de la obra redentora de Dios. Con la reconciliación obtenemos la armonía, la convivencia pacifica, la vida fraterna con nuestros hermanos y con nosotros mismos. Nos convertimos en Signos de Unidad.

Por todo este ejemplo que hoy hemos palpado, demos gracias al Señor nuestro Dios por ese camino que nos ha señalado y por donde hoy nos reconocemos que siempre estamos necesitados de la purificación de nuestro ser y para rehacernos continuamente de la mano de Jesús, Maestro y Guía.

SEÑOR, TU ERES NUESTRO PACIFICADOR, ERES EL CAMINO HACIA LA PAZ Y LA RECONCILIACIÓN.
 
posted by Laureano García Muentes at 9:01 a.m. | Permalink |


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