domingo, septiembre 20, 2009
QUIEN ASUME LOS ERRORES PUEDE SUPERARLOS

Ser sinceros es el don que nos lleva a los hombres a ser felices, por eso la felicidad depende de que nuestros corazones esten tranquilo y lleno de verdad. Somos sinceros cuando nos mostramos de manera inteligente tal cual como lo somos.

Muchos nos llamamos sinceros cuando le decimos a otros, ya sean nuestros hermanos, amigos o compañeros, eso que llamamos, las verdades dolorosas, es decir, esas cosas que sabemos, que hemos dado por ciertas y que vienen de algunos comentarios que nos han enterado de sus vidas.

Otros somos ya expertos en decir mentiras y sobre todo de nuestras propias vidas; y utilizándolas a ellas, queremos sobresalir como personas sinceras y responsables ante los demás. Las hacemos, tan convincentes, que nos las creen.

Lo cierto es que para que vivamos siempre en la verdad, en esa verdad que Cristo quiere de nosotros, tenemos que esforzarnos por reconocer que las cosas han de decirse y sentirse tal cual como son aunque nos cueste y duela aceptar todas las dificultades.

Muchos de nosotros los cristianos nos hemos dejado ganar la batalla del mal, como son los vicios, la adicciones a las drogas, la vida fácil, la prostitución, etc. Y hacemos de nuestra vida una fantasía queriendo fingir y engañar a otros de nuestros problemas.

A ellos y a quienes hoy vivimos creyendo falsear a los demás les digo, que necesitamos vivir la vida con plena naturalidad porque con ella, encontramos la única manera de salir adelante ante todas las limitaciones que tengamos.

Solo quien asume los errores, es capaz de superarlos. Necesitamos ser sinceros con nosotros mismos y con todos los demás, así, sabremos de verdad que no somos tan buenos como creemos ser, que existen tantas fallas en nosotros que nos cuestan mucho, y que, aunque hemos luchado, no hemos podido avanzar mucho.

De verdad, nadie vive de mentiras, y quien vive de ellas no es feliz, porque siempre vivirá temeroso a que sea descubierto o saque a flote y sin pensar, lo que trata de ocultar.

SEÑOR, ENSEÑANOS A SER SINCEROS Y HA DECIR SIEMPRE LA VERDAD A PESAR DE TODAS NUESTRAS LIMITACIONES.
 
posted by Laureano García Muentes at 7:38 a.m. | Permalink |


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