sábado, diciembre 06, 2008
CON JESÚS EN EL CORAZÓN NOS SENTIMOS FUERTES PARA ENFRENTAR LA VIDA

Al levantarnos cada día y darle gracias a Dios, Padre Celestial y dador de la vida, va generándose en nuestro interior sentimientos que fortalecen la seguridad y la confianza por lo que se vive y hay que vivir.

Testifico que Él nos da seguridad porque, si creemos firmemente, Él va nuestro lado como lo prometió, acompañandonos y ayudandonos permanentemente a seguir el camino de manera erguida y sin mirar atrás, confiándonos las promesas del Reino para que coloquemos sin dudar en sus manos nuestra vida a sabiendas que es así, junto a Él, donde nunca vamos a quedar defraudados.

Si no dudamos un instante, Él nos va haciendo fuertes guerreros que luchan contra todo viento impetuoso y donde nunca, nos va a dejar derribar por más enérgica que sea su fuerza.

Tener confianza en Él es llenar nuestros vacíos y dejar que vaya sanando en lo más profundo las heridas que desgarran el corazón.
Es dejar que nos haga idóneos para rehacer la vida y convertirla en un verdadero testimonio de su amor para los demás.

Orar al levantarnos significa descubrir pues, la inmensidad de esas situaciones positivas que circundan a nuestro alrededor, como también, notar las hostilidades y vicios que hay en nuestro entorno y que con Él, fuente de fortalezas, vamos a enfrentar y vencer.

Que bueno es estar al lado de Jesús, su amor por nosotros es inmenso y misericordioso. Sepamos que a cada momento necesitamos de su ayuda y que las batallas que han de venir no la podemos enfrentar solos. Unámonos fuertemente a Él y experimentemos a cada instante su amor sanador.

Recordemos que Él solo no puede hacernos libres de toda atadura, requiere también de nuestros esfuerzos y firmezas en tomar las decisiones que han de ser radicales. Por ello, hay que prepararnos para enfrentarlo todo con inteligencia, esfuerzo, disciplina y asumiendo los valores que pregonó.

Tengamos seguridad y confianza porque sin Él en nuestras vidas todo se tornará difícil y absurdo, las batallas a enfrentar serían crueles, los problemas nos asfixiarían, perderíamos el sentido de la vida y lo peor, desaprovecharíamos su confianza.

SEÑOR, TU ERES FUENTE DE VIDA Y DE ESPERANZA, BENDICENOS HOY Y SIEMPRE.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:59 a.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>