jueves, noviembre 06, 2008
NO DEJEMOS NUESTRA VIDA ANCLADA, SIGAMOS ADELANTE

La vida no es fácil ni tampoco se detiene, todos los hombres estamos llamados a tener aspiraciones de ser felices y recapacitar sobre las situaciones contrarias y adversas que nos incitan a la parálisis de nuestros sueños. Estamos convocados a realizar con toda firmeza ideales que permitan salir adelante sin anclarnos e inmovilizamos encerrarnos en nuestros Yo, a oscuras, agazapados en las penas y los llantos.

Dejar que la vida se vaya a fondo sin levantar nuevamente la mirada es riesgoso, porque nos anula los deseos de seguir adelante. Luchar y romper barreras en medio de las dificultades y encontrar los motivos de esperanza para continuar el camino, ha de ser el ideal de todos.

Se que así nos ocurre a todos. Los dolores por la muerte de un ser querido, un familiar cercano, las separaciones matrimoniales, el viaje muy lejano de hijos y familiares, etc, nos pone en la posibilidad de quedarnos adoloridos y sin ganas de seguir; pero tengamos bien claro, que quien se detiene, se queda así, porque todo a su alrededor sigue igual, todo continua su curso, sigue su dinámica, y al tiempo no le importa como estemos, siempre va amanecer y anochecer.

Recuerdo ahora las frases que me dijo un amigo muy cercano recién fallecida mi madre, él me decía: “Dios nos puso los ojos en la frente para que tengamos claro que la vida se hace mirando hacia delante”. Y es la verdad, porque tenemos que crear conciencia que las perdidas y dolores no nos pueden inmovilizar.

En las Sagradas Escrituras podemos leer como metáfora el caso de la esposa de Lot quien en su sabiduría nos previene a todos los hombres en cuanto a nuestras indecisiones por seguir adelante, muchos nos acongojamos y miramos hacia atrás, sin pensar siquiera que podemos petrificar nuestras vidas y morir.

Dios está junto a nosotros en todas las dificultades, asegurándonos para que no caigamos en la desdicha, Él nos regala sus fuerzas para que sigamos adelante. Por ello, tengamos ánimo y no dejemos que nada ni nadie ate nuestras manos y pies restándonos las fuerzas.

SEÑOR, TÚ ERES LA LUZ Y LA ESPERANZA EN NUESTRAS VIDAS, AYUDANOS A AUMENTAR LA FE PARA SEGUIR ADELANTE.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:02 a.m. | Permalink |


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