sábado, noviembre 01, 2008
¿COMO RESPONDEMOS ANTE LAS TENTACIONES?

Son muchas las situaciones que tenemos que enfrentar en la vida que afectan considerablemente nuestras emociones y de hecho, nuestras relaciones personales. Todo ello, por no saber manejarlas o sospechar el daño que nos pueden causar al usarlas y controlarlas inadecuadamente.

Es importante que tomemos conciencia sobre que ofuscaciones son las que más nos afectan y que no nos dan la libertad; así, podremos asumir con profunda decisión nuestra reconstrucción y el proyecto de vida que nos hemos empeñado cimentar.

Realizar con frecuencia un profundo discernimiento con corazón abierto e iluminado por el Espíritu Santo, nos permitiría descubrir esos dardos dañinos que constantemente están pinchando nuestro interior y que con su ardor y molestia, no nos permitan muchas veces controlar nuestras emociones.

¿Saben que? El Espíritu Santo nos regala a todos sin excepción dones muy importantes que nos ayudan a tener un autocontrol y dominio de nosotros mismos. Ellos nos iluminan y nos asisten para pensar bien antes de actuar y para mirar con detenimiento las consecuencias que podríamos ocasionar, no solo en nosotros mismos, sino también frente a aquellos que están más cerca de nosotros.

Y es que convivir con los demás no es fácil, nuestro auto control nos exigirá una capacidad pro- activa que nos ayudará a pensar en el mejor comportamiento a optar frente a las situaciones de dificultad y también, para comportarnos de manera diferente a la ya acostumbrada.

Hoy se nos hace necesario aprender a ser dueños de nuestras emociones e impulsos para luchar cada día a comprender con prontitud nuestras capacidades y así, pensar antes de actuar sabiendo escoger respuestas adecuadas a esos tentaciones de ira, odio y egoísmo que recibimos.

Los invito a que reflexionemos en torno a lo que debemos cambiar y si podemos, acerquemos a todos aquellos con quienes compartimos la vida para que sean ellos los que nos indiquen con exactitud cuales son esas emociones fuertes que tenemos y que ocasionan desagrado entre los que nos rodean, para que así, podamos anularlas con la ayuda incondicional que nos ofrece el Espíritu Santo.

SEÑOR, LLENANOS DEL ESPÍRITU SANTO SANTIFICADOR PARA PODER CONVERTIRNOS EN VERDADEROS DISCIPULOS TUYOS.
 
posted by Laureano García Muentes at 1:04 p.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>