jueves, octubre 09, 2008
NO HAY FELICIDAD SI EL AMOR NOS FALTA

Reflexionaba la carta de San Pablo a los Romanos Cáp. 8, 28-39 y pude concluir que, si en la vida que construimos nos falta el amor, nunca podremos alcanzar la felicidad.

Y es simple, toda nuestra vida esta rodeada del amor de Dios. Si nos detuviéramos un instante a mirar todo lo que nos rodea desde que nos despertamos por las mañanas hasta que nos acostamos para descansar por las noches, podemos notar que en cada objeto, cada planta, aves, el aire, la luz del sol, las nubes, etc, se vivencia el amor incondicional de Dios para con nosotros.

Es imposible ser felices si nuestra vida esta siendo saturada de situaciones difíciles y adversas que vayan trastornando nuestro sentir y que nos van haciendo dudar de todo lo que podemos realizar. No podemos dejar que lo negativo nos haga sentir sin amor. El amor nos hace vibrar y nos impulsa para construir una vida alegre y entusiasta.

Que bueno sería que hoy experimentáramos el amor de Dios para con nosotros y éste a su vez, para con todos aquellos con quien compartimos la vida. Te darás cuenta cuan valioso y extraordinario es.

Cada instante de nuestra vida está hecho para vivirlo llenos del amor infinito del Padre, no dejes que el pecado, los errores, los fracasos, los desaciertos nos separen de ese amor.

Una de las más grandes pruebas que nos ha manifestado Dios para con nosotros quedo demostrada cuando nos envió a su propio hijo Jesús, para que con Él, abriéramos nuevamente los caminos y siguiendo sus pasos, avanzáramos hacia la perfección de nuestro ser y alcanzáramos la verdadera felicidad.

Hoy te invito a pensar detenidamente en ese amor, a que juntos nos hundamos en ese mar profundo que Dios nos regala de manera desinteresada día a día, a que confiemos el Él, a que con su ayuda podamos sepultar nuestras derrotas y sin sabores que solo nos conducen a desasosiego. Con Él a nuestro lado y en nuestro corazón, seremos felices y dichosos.

Recordemos estas palabras de San Pablo: “El amor de Cristo se ha apoderado de nosotros desde que comprendimos que uno murió por todos”. 2Co 5,14.

SEÑOR, BENDICE HOY A TODAS LAS PERSONAS QUE AMO Y EN ESPECIAL AQUELLAS QUE CONOCIENDOTE, NO RESPONDEN CON EL AMOR QUE TÚ NOS ENSEÑAS.
 
posted by Laureano García Muentes at 6:09 a.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>