jueves, octubre 02, 2008
JESÚS CON SU PALABRA NOS DEVUELVE LA SERENIDAD

Son muchas las veces hemos quedado atónitos por la frase pronunciada con autoridad por Jesús a sus discípulos. Mateo el Cáp. 14, 22-36: ¡Calma! Soy Yo; percatados de Él cuando se le acercaba caminando apacible y tranquilo sobre las aguas. La actitud de ellos, era temerosa dentro de la barca al soportar vientos huracanados y un fuerte oleaje.

Hoy quiero advertirles que Dios siempre está a nuestro lado, que ante los problemas generados por las deudas, enfermedades y los conflictos que parecen destruirnos, llevarnos al caos y a la desgracia, Él, nos pide calma y una confianza plena en Dios.

¿Cuantas veces hemos deseado escuchar en nuestra conciencia la voz de Jesús frente a nuestras dificultades?, ¿Cuántas veces desearíamos encontrarnos frente a frente con Él para no vernos precisados a cometer injusticias con nuestros hermanos llevando a cabo actitudes egoístas y de desprecio?

Pero la idiosincrasia del hombre le hace pecar porque por lo general se quiere sentir entre los demás como el fuerte e inclusive no quiere temer a nada; pero en su interior esos problemas muchas veces le destruyen como grandes olas que quieren estallar en mil pedazos la frágil barca de su existencia.

Pero no olvidemos un solo instante que Jesús va ahí con nosotros y a pesar que no lo vemos, espera que lo reconozcamos como el Salvador. Él doblega el mal con su presencia y sus Palabras expresan autoridad.
Nos pide serenidad y calma frente a nuestras dificultades y angustias y nos invita a seguir con paso firme el desarrollo de nuestros planes de vida que hemos trazado. Quiere que estemos siempre atentos y a la escucha de su Palabra y que la tomemos como el distintivo que nos conduce a la otra orilla, venciendo con su poder, los problemas, dificultades y hasta la muerte.

Quienes tenemos a Jesús en el corazón y lo hacemos centro en nuestras vidas, confiamos plenamente en su Palabra y no tenemos porque temer, no nos ocultamos, al contrario, estamos siempre deseoso de ponernos en su disposición para colaborar en una entrega incondicional a la obra de salvación, acogiendo a los que necesitan y ayudándolos a que también busquen y tengan un encuentro sincero con Él.

SEÑOR, SABEMOS QUE VAS A NUESTRO LADO Y QUE CONTIGO SOMOS MÁS QUE VENCEDORES.
 
posted by Laureano García Muentes at 7:30 p.m. | Permalink |


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