Cuando tratamos de realizar las cosas de la mejor forma haciéndolas de acuerdo a la voluntad de Dios, muchos de los muros que se han levantado a nuestro alrededor se van derribando.
Lo importante prima en la absoluta confianza y en la certeza de lo que Él puede realizar en nuestras vidas.

La lucha por hacer las cosas de la mejor manera ha de ser a cada instante, día a día, esforzándonos en dar lo mejor de nosotros. Alabándolo, orándole con insistencia, luchando como grandes guerreros del Reino y teniendo la absoluta confianza en que está ahí con nosotros, a nuestro lado, ayudándonos a que salgamos adelante y seamos felices.

No podemos dejarnos llevar ni vencer por el miedo, ni las tristezas; convenzámonos de la acción poderosa que realiza y así, veremos con nuestros propios ojos como se van derribando uno a uno las murallas de nuestras dificultades.

Tengamos seguridad, somos de Dios y Él actúa desinteresadamente en cada uno de nuestros corazones. Cada momento que pasa, nos levanta, nos hace fuertes y nos regala la valentía de seguir con decisión llenándonos de victorias.

¿Que nos queda desde ahora por realizar? Con profundo convencimiento de que Dios está a nuestro lado regalándonos bendiciones, marchemos con paso firme hacia delante, sin mirar hacia atrás, sin remordimientos, ni dolores y pesares; pensemos que estos murallones que nos imposibilitan la vida, nos enredan entre las desavenencias y nos imposibilitan ver el logro de nuestros objetivos planteados en nuestro nuevo plan de vida.

Las alabanzas y agradecimientos que demos a Dios tienen un gran poder, Él nos va llenando de bendiciones y nos hace ver nuestras realidades de manera objetiva y real; nuestros triunfos y conquistas que vamos realizando en la vida no son nuestras sino que se transforman en bendiciones que nos regala por cumplir su voluntad.


SEÑOR, TE SUPLICAMOS NOS BENDIGAS PARA QUE ACTUEMOS CON PROFUNDA DECISIÓN EN ESTE CAMINAR HACIA TI.