La vida solo puede ser comprendida en la medida que luchamos por construirla dentro de parámetros éticos y morales; ello nos incita esfuerzos constantes para realizarla colmados de confianza en Dios.

Nada se obtiene sin que, a lo que visionamos, le imprimamos la voluntad positiva de que lo vamos a lograr. Cuando nos llenamos de inseguridades y creemos que nuestras aspiraciones van a flaquear es porque no confiamos en Dios ni en nosotros mismos, le imprimimos a nuestra vida actitudes negativas que van repercutiendo en las cualidades y sentimientos, mermándose así, de manera ostensible, los anhelos que queremos vivir.

Cuantos somos los que creemos en cosas extrañas y esotéricas hasta el punto que nos llenarnos de seguridades ficticias y vagas. Nos convencemos tanto de ellas, que hasta por ejemplo, damos por cierto que otras personas pueden hacernos daño con solo chuzar una foto nuestra, o que, si vemos que las estrellas se mueven de un lado a otro, es porque nuestra suerte va a cambiar y de hecho, vamos a obtener lo que queremos.

¿Sabes? La vida se construye a base de esfuerzos, con esperanza y con la certeza de que junto a Dios vamos todos a alcanzar la verdadera felicidad. Sin esperanza, el hombre se encierra en el horizonte de este mundo perdiendo así, la visión de la vida eterna. Se cierra tanto, que hasta lucha solo contra las dificultades que se le presentan y desecha la ayuda de Dios.

Y…ojo, la vida no es una rifa ni mucho menos el producto de nuestras libertades y capacidades. Con la esperanza le damos la seguridad a nuestro futuro. Si existe en nosotros la fe en Dios, colocamos en sus manos deseos y aspiraciones proponiéndonos de manera decidida a luchar para encontrarle el sentido a todo, encontraremos el camino y las soluciones ha aquello que creemos que va en sentido contrario a nosotros.

Tengamos siempre la certeza de que Dios ha puesto en nuestras manos la vida para que seamos nosotros mismos quienes nos afanemos en construirla. Él nos ha dado dones y carisma para realizarla; y con seguridad, Él siempre estará ahí, a nuestro lado, ayudándonos a seguir. Pensemos, analicemos, interpretemos, actuemos, tratemos siempre de encontrar soluciones a todo, confiemos absolutamente en Él y no dudemos de su poder, ni nos apartemos de su lado, recordemos, Él es el constructor infalible que nos brinda toda clase de posibilidades para seguir adelante.

SEÑOR, EN TI CONFIAMOS, NO PERMITA QUE NADIE NOS DISTRAIGA Y NOS DESVIE DEL CAMINO.