domingo, noviembre 30, 2008
LA FE ES FUENTE DE LA ALEGRÍA Y DEL ALIENTO

Estamos ya próximos a terminar el año 2.008; y es bueno y sano para todos detenernos un instante a pensar sobre nuestra vida. Así, fácilmente podremos darnos cuenta que llevamos ya un largo recorrido del camino propuesto por Dios, al igual que notaremos, en algunos de ellos, que han estado llenos de momentos con grandes triunfos, alegrías y cosas hermosas; otros con ratos amargos, adversos y tristes. Pero no hay que desanimarnos porque la vida es así, ella es la suma de grandes regocijos y satisfacciones, de pérdidas y congojas que se incorporan a lo nuevo por vivir.

Si cimentamos nuestra fe en Dios, ella, nos ayudará a sumar lo nuevo con lo viejo, el presente con el pasado, lo conocido con lo desconocido y siempre, cada instante de la vida, será para todos unos retos y un algo que nos toca conocer y experimentar.

La fe es la fuente principal que irriga nuestras alegrías y nuestros gozos. A partir de ella, tenemos que vivir preparados para ir descubriendo en nosotros la capacidad de enfrentar con la fuerza y el aliento que nos regala el Espíritu Santo, todas las situaciones y circunstancias que se nos presentan y así, buscar con su ayuda suprema, la solución de todos nuestros problemas e incapacidades.

Sean esas nuestras actitudes y decisiones mentales a asumir y que se han de traducir en comportamientos eficaces que ayuden a encontrar la verdadera felicidad.

El que cree en Dios sabe que la vida tiene un propósito, que está creado para ser feliz. Sabe además, que toda adversidad es superable y que ninguna dificultad puede quitar de nuestro destino la capacidad de ser siempre victoriosos. Es esa precisamente la seguridad que nos regala Dios y que solo la logramos obtener a través de la fe.

Nunca podemos olvidar que Dios está siempre en medio de toda situación, alegre o triste; y que sus promesas hechas a través de Jesús se cumplen, porque fue Él, quien dio la vida por nosotros y pagó a precio de sangre por nuestra libertad.

En este tiempo por comenzar preparativo a la Natividad del Señor, seamos fuertes y decididos a desprendernos de todas esas cosas que nos han mantenido atados; y llenos de fe, alegría y aliento, caminemos armados de valentía hacia la perfección de nuestro ser dándole de manera preferencial un lugar a Cristo en el centro de nuestras vidas.

SEÑOR, TÚ ERES FUENTE DE NUESTRAS ALEGRÍAS Y ESPERANZAS.
 
posted by Laureano García Muentes at 7:35 a.m. | Permalink |


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