martes, noviembre 18, 2008
¿SABES LO GRANDE DEL AMOR DE DIOS POR NOSOTROS?

Caminando por la orilla del mar pensaba en lo grande que sería el amor que Dios por nosotros. Al detenerme sobre unas piedras grandes, me paralicé mirando su grandeza, la que al alcance de la vista pude notar. Vi a lo lejos como su esplendor se confundía en el infinito cielo. Fue allí donde precisamente alcancé a concluir que ese amor era insuperable y que por más que intentemos describirlo, él, superaría toda dimensión mental o geométrica.

¡No hay nada en el mundo que pueda superar ese grande amor de Dios hacia nosotros! Dije casi gritando para mí.

Su amor es firme y fuerte, tanto es así, que por más que hagamos para separarnos de él, siempre permanece y perdura, no se destruye por nada, más intensamente nos ama.

El amor de Dios es alegre y apasionado, nos ama con todas sus ganas y fuerzas. Es misericordioso porque siempre está presto a perdonar nuestras fallas; solo basta darnos cuenta del error que hemos cometido y con un arrepentimiento de corazón y el deseo de superarlo, nos carga de energías y fortalezas para que sigamos disfrutando la vida y seamos perfectos.

Es un amor atiborrado de bendiciones y dispuesto a darnos lo que le pidamos según nuestras necesidades.

Que grande es el amor de Dios hacia nosotros. ¿Cuantos son hoy en el mundo que aún no lo conocen? ¿Cuantos somos hoy que, conociéndolo, queremos apartarnos de él con el pretexto de que a distancia podemos lograr muchos triunfos, dineros, prestigios y poder?

Hoy que reflexionamos sobre el amor inmenso de Dios, quiero pedirte que lo gocemos intensamente de manera accionada y como un hijo que ama a su Padre, luchemos sobre todas las cosas para llegar junto a Él a la plenitud de la felicidad verdadera.

No dejemos que las situaciones adversas y los problemas nos confundan y quiten nuestras alegrías, como también esas fuerzas que necesitamos para seguir luchando.

Esperemos siempre de Él y junto a Él cumplamos nuestros sueños y esperanzas que siempre hemos tenido, orémosle de corazón y pidámosle que te aumente nuestra fe y el fuego de ser unos testigos ante el mundo de su amor.

SEÑOR, TE DAMOS GRACIAS INFINITAS POR REGALARNOS A CADA INSTANTE TU INMENSO AMOR.
 
posted by Laureano García Muentes at 12:10 p.m. | Permalink |


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