sábado, agosto 30, 2008
SER COMO DIOS QUIERE QUE SEAMOS

Escuchaba en el bus una conversación de una señora quien le confiaba su preocupación a su compañera de viaje; y entre tantas cosas le decía: “Me encuentro preocupada, porque mi hijo no es igual al hijo de mi vecino, ese muchacho es ejemplar, es muy juicioso, estudioso, en fin, es una joya, en cambio el mió, es todo lo contrario, es incontrolable, no hace a tiempo sus trabajos para el colegio y no va muy bien, me tiene al borde de la locura”

Me llamó tanto la atención esa respuesta que le proporcionó su compañera, quien con ansiedad le decía: “Señora, no se preocupe tanto por que su hijo no sea igual al hijo del vecino, porque Dios así nos hizo, cada uno es un mundo diferente, somos desiguales”

Considero que fue una sabía reflexión. De verdad Dios nos hizo diferentes unos a otros, somos seres únicos e irrepetibles y cada cual ha de buscar su propia identidad con toda libertad.
Por ser desiguales entre sí, no podemos dejarnos absorber por el mundo que busca la destrucción de la sociedad mediante la desidia, la falsedad, los odios y los rencores, antivalores que conducen a los hombres a cambiar su imagen con gustos plásticos y económicos.

Es hora para llenarnos de la fuerza de Dios los corazones y realizar una vida cargada de fortalezas que nos consolide y no nos deje debilitar y arrastrar por este mundo de cosas que nos hacen caer en la indiferencia y el olvido de ser sus hijos, hechos a su imagen y semejanza.

Ser como Dios lo quiere y dejar que se deleite en nuestra vida, hacerlo nuestro guía y Maestro, ha de ser nuestro ideal. Para ello es necesario vivir los valores del Evangelio y con ellos, caminar hacia la felicidad y al gozo de vivir una vida que sea ejemplar para muchos.

Dios quiere que seamos abiertos a los demás, que en nuestros tratos y nuestras palabras exista la luz de su amor, que respetemos y compartamos nuestras vidas y ayudemos a construir con los que necesitan vivir esperanzas, un mundo diferente donde puedan tomar de la mano a Jesús.

Él quiere que seamos como Él, que tengamos el valor de Él, que nos enfrentemos a las adversidades y al mundo de la incomprensión, porque Él estará siempre a nuestro lado, acompañándonos y guiándonos hasta el último día de nuestra existencia.

Bendigamos a Dios y démosle gracias por ser diferentes unos a otros, porque en la diversidad es donde podemos constituir una vida entregada a Él. Porque es allí, donde podemos notar que es necesario cargar con nuestras cruces y que con ellas, llenarnos de valor para continuar. Animo Dios quiere que seamos felices.


SEÑOR, SE TÚ NUESTRO GUÍA Y MAESTRO PARA SER COMO QUIERES QUE SEAMOS
 
posted by Laureano García Muentes at 7:41 a.m. | Permalink |


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