viernes, agosto 15, 2008
ANHELEMOS LOS DÍAS HERMOSOS QUE NOS ESPERAN

Vivir con fe y esperanza nos fortalece y nos llena de confianza en Dios, quien nos ayuda a pensar que los más hermosos días vendrán y todo será diferente.
No podemos estar pensando que la confianza en Dios ha de estar circunscrita a lo que nos sucede cada día y en todo lo que vivamos.

Muchos somos los que nos desesperamos y hasta desconfiamos de Dios porque nos hemos metido en la cabeza que el estado de pobreza que vivimos, las necesidades diarias que tenemos y el sufrimiento de vivir así, son condenas de Dios; siendo estas las grandes razones que cimientan las actitudes y oportunidades para renegar y hablar mal de Él.

Se atiborra la cabeza de resentimientos al concebirnos en el abandono, la desgracia y el desprecio. Confundimos todos estos sucesos llamándolos castigos de Dios, lo que nos excitan a aventurarnos y a utilizar fuerzas brutales para calmar nuestros desesperos.

No olvidemos nunca que la vida está llena de sufrimientos, problemas, pérdidas y enfermedades. Ellos tenemos que asumirlos sin desesperos, rebeldía y tristeza.

En el mundo no hay hombre alguno que no haya pasado por situaciones difíciles, que sienta debilidades, enfermedades, dolores, pérdida de seres queridos, dificultades económicas, problemas familiares, calumnias, infamias, injusticias, etc. Estas situaciones como es obvio llenan de temor y mucho miedo. Pero existe una gran verdad, esos temores y debilidades los sentimos porque nos apoyamos en nosotros mismos y porque creemos que somos omnipotentes y únicos para resolverlos.
Nos hemos ido olvidando de Dios y de su promesa eterna cuando nos dijo que estaría siempre a nuestro lado guiándonos, enseñándonos, llenándonos de gracias y sabidurías para salir adelante y triunfar.

Un hombre que anhela los días hermosos que le esperan, a pesar de toda situación adversa, confía plenamente en Dios y cree en sus acciones, goza de sus obras maravillosas y sabe con toda seguridad que Él es la fuerza que le inspira para luchar y seguir adelante.

Amemos a Dios, creamos en Él y sigámosle entre caminos y cañadas oscuras y claras. No lo busquemos cuando algo malo nos pasa o nos suceden tropiezos. Él está más cerca de lo que creemos.

SEÑOR, TU ERES LA FUERZA QUE NOS INSPIRA PARA ENCONTRARTE Y SER FELICES.
 
posted by Laureano García Muentes at 8:47 a.m. | Permalink |


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