domingo, julio 27, 2008
LA ALEGRÍA UN VALOR QUE GENERA PRESENCIA DE DIOS

La alegría es en el ser humano el resultado de una reacción por una emoción frente a un acontecimiento de la vida.
Hoy es considerado como un valor importantísimo para que exista una relación fraterna y de paz. Ella, nos exige total disposición y compromiso para tomar en forma individual, con optimismo la vida a pesar de las circunstancias adversas que se atraviesan y de esos malos momentos que se viven.

Jesús, desde su Palabra, es una fuente viva que nos inunda, es decir, es el punto de partida de todas las cosas. Es el inicio de la generación de la vida nueva y abundante. Por tanto, Él crea en nosotros, la fuerza interior que transforma la vida haciéndola cada vez más semejante a la de Él.
Son muchos los textos que con frecuencia leemos en la Biblia y donde nos recuerdan que Él, a través de los tiempos, ha sido fuente inagotable de renovación y salvación.

Hoy todos los cristianos que hemos decidido tomar como modelo en nuestras vidas a Jesús, cada día nos convencemos más, que Él, fue un hombre alegre en todo momento, que nunca cedió a los impulsos desmotivadores del mundo y que siempre lucho para darnos un testimonio de vida ejemplarizante.
Fue Él, un hombre con un gran compromiso a la misión que su Padre le había encomendado. Fue optimista y siempre tuvo en su mente la certeza de que con ese comportamiento de entrega y de alegría, cumpliría a cabalidad la tarea que tenía frente a la humanidad.

Hoy nos sentimos comprometidos nosotros ante el mundo por hacer crecer este valor tan importante en la sociedad y de concebirlo en nuestras vidas como una fuente de bienestar. Por tanto, nos tenemos que constituir en sus generadores en todo tiempo y lugar; y con mayor firmeza en nuestras familias y lugares de trabajo. Así, podremos vivir cada vez más una mejor felicidad, una mejor calidad de vida y mirar con optimismo nuestros proyectos.

Todos los hombres sin excepción, nos debemos comprometer en ser verdaderos creyentes y seguidores del Maestro, para que con la fuerza que nos dé su Espíritu Santo, no perdamos el optimismo y no seamos débiles, dejándonos arrastrar por el desaliento frente a nuestras realidades y nuestros pasos.

Hoy les pido hacer oración a Dios para que nos fortalezca la fe y nos ayude a mirar las cosas con alegría.


SEÑOR, ACOMPAÑANOS SIEMPRE Y NO PERMITAS QUE PERDAMOS LA ALEGRÍA.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:41 a.m. | Permalink |


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