martes, julio 15, 2008
LA MIRADA DE JESÚS

En Jesús vemos al líder que tiene la capacidad de influir en todos los hombres para servirles y brindar la posibilidad de ayudar a que descubramos en nuestro interior, el valor que tenemos como seres humanos creados por Dios.

Solo con nuestra conciente decisión de abrirle nuestros espacios, le permitiremos allanar nuestra vida y a que se adhiera a ella, prestándonos así, su atención, afecto y ayuda como el buen líder.

Jesús de Nazaret entendió su vida como un vivir a favor de los demás, viviendo para otros. Sus actitudes así lo muestran. Nunca ostentó el poder, ni la riqueza, ni la fama, sino que abrió su corazón al servicio y a la recuperación de la dignidad humana.

Su presencia entre los hombre fue cercana y misericordiosa en medio de sus necesidades personales y colectivas así lo demuestran sus milagros que aliviaban y curaban; con su predicación anunciaba la llegada del Reino de la Justicia, el amor, la paz y la verdad, como también la comprensión para con los niños, ancianos y enfermos, estos últimos, considerados en su época como pecadores y endemoniados, a quienes les derramó su compasión y su misericordia.

Su mirada delataba un corazón amoroso y bondadoso que superaba toda ingratitud y su consuelo era el de darse y abrirse ante toda miseria del hombre.

Hoy como ayer Jesús siente misericordia por todos los hombres que sufren la desventura y la escasez de todo tipo; por aquellos que son victimas de la violencia, del hambre y la enfermedad, de la ruptura familiar, del egoísmo y del odio que se siembra en los corazones de los hombres. Él nos mira y siente compasión de nosotros. Él siente nuestra ansiedad galopante de vivir la alegría, la paz, el amor y el perdón.

Hoy estamos comprometidos todos los cristianos en buscar expandir el Reino en todo el mundo y brindar su amor creando las condiciones indispensables para que sean muchos los que logren mirarlo, encontrarlo y comprender que Él es el camino que nos conduce a Dios; para que sí, muchos hombres y mujeres se dispongan a realizar un compromiso interior, mediante una renovación de su ser.

SEÑOR, REGALANOS TU MIRADA Y PERMITE COMPARTIR JUNTO A TI, EL CALOR DE TU AMOR MISERICORDIOSO.
 
posted by Laureano García Muentes at 9:06 a.m. | Permalink |


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