domingo, julio 13, 2008
APRENDE DE JESÚS Y RECONOCELE COMO EL MAESTRO

Sentirse llamado a dejar a un lado las redes que atrapan día a día la vida y asumir el camino que nos ha de llevar a embarcarnos a la barca de las esperanzas, es la decisión atinada que todo hombre y mujer ha de descubrir e iniciar con firmeza y profunda convicción, si desea ir a lo largo del camino, tras las huellas de Jesús.

Jesús nos exige caminar, estar en constante movimiento. A no dejarnos embaucar por las simplicidades de la vida y a quedarnos estáticos esperando los resultados.

El llamado que Jesús nos hace es el de mirarle y levantarnos reconociéndole como el Maestro que nos guía y ayuda a que seamos íntegros, a ser capaces de penetrar en su interior, conocer su corazón y descubrir su pensamiento para cada uno.

Su mirada es especial y está llena de compasión por nuestras debilidades humanas. Cuando Él ve nuestra sinceridad, nuestros intereses por buscarlo y estar junto a Él, se nos devuelven la vida y la salud; y nos anima a caminar siempre hacia adelante, comprometiéndonos sinceramente en realizar su obra y a ser coherentes a sus palabras. Ello, nos lleva a ser verdaderos testigos de su presencia entre los hombres.

Su llamada es concreta “Vengan que los haré pescadores de hombres” (Mt.4, 19), si dejamos a un lado todo y vamos a atender el llamado; tomamos la actitud de “ir tras Él”, es decir, aceptamos ser sus discípulos y Él nuestro Maestro.

Es entonces pues el momento importante de despertar e iniciar una exploración de nuestra conciencia y vida de cristianos analizando si de verdad nuestras actitudes están siendo coherentes con nuestra fe. De mirar, si aún existen las dudas y los temores frente a nuestras realidades humanas. De entrar en un proceso sincero de renovación interior y analizar con acierto los pasos seguros que debemos dar para revivir con ardor nuestra vocación de ser seguidores de Jesús y sobre todo, lo que ha de ser nuestra nueva actitud frente a la enseñanza que Jesús nos brinda.

Aprender de Jesús y reconocer en Él al Maestro, el modelo y el mejor ejemplo a seguir, ha de ser nuestras metas como personas e hijos de Dios y la respuesta radical de todos.

SEÑOR, ENSEÑANOS A SER VERDADEROS DISCIPULOS Y A PROCLAMARTE COMO LA VERDADERA JUSTICIA.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:43 a.m. | Permalink |


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