domingo, julio 06, 2008
¿SOMOS COMO PUERTAS ABIERTAS O CERRADAS?

Comparar nuestra vida con una puerta nos permite reconocer nuestra acogida o rechazo a ser auténticos, a ser abiertos aceptando el compartir con los demás, como también, para dar el cierre de toda opresión, maldad o corrientes que nos llevan con mucha rapidez hacia la muerte; dando apertura a la vida, a la plenitud, a la libertad y a lo positivo.

Ser puerta abierta o cerrada nos expresa un juicio, ¿somos puertas cerradas y trancadas con seguros u ofrecemos a los demás vida abundante, alegría, libertad o alivio a los cansados y oprimidos?

Cuantos líderes o maestros surgen a nuestros alrededores que quieren abrirnos horizontes de esperanzas, pero si los analizamos detenidamente, podemos observar y evaluar que son pocos auténticos y que no saben transmitir vida a sus seguidores.

Y es que para ser cristianos auténticos implica aceptar una escala de valores, como son: la solidaridad, la igualdad, el servicio, etc, opuestas a esas habilidades que nos cierran y a la que hoy nos sentimos llamados con mucha insistencia para dar desprecio al hermano que está a nuestro lado y donde el poder, el dinero, el honor nos hace sentir poderosos.

Jesús nos invita a que abramos nuestra puerta a la esperanza y a la vida abundante y a ser, apertura para los demás. Quien acepta seguirle se convierte en signo abierto y contradictorio a las condiciones y vivencias del mundo, denuncia y desenmascara el pecado y anuncia la vida nueva.

Ser abierto significa aceptación plena y decidida a vivenciar el Reino de Dios y para ello, cada uno de nosotros a de esforzarse para lograrlo de todo corazón.

Si queremos vivir teniendo como modelo a Jesús y dejar que Él nos moldee a su manera, debemos vivir abierto a su voluntad y ser como la levadura que fermenta a la masa. Para ello hay que trabajar, sudar y contar con las horas y momentos necesarios para que la gracia de Dios que nos da su Espíritu Santo, nos alimente, nos fortalezca y enseñe a ser como sombra para muchos necesitados de Él.

Jesús nos exige lucha constante y con sacrificios; abriendo las puertas del corazón para aceptar vivir con el proyecto que nos ofrece.

SEÑOR, QUE SEAMOS CAPACES DE ABRIR NUESTROS CORAZONES Y QUE SEAS TÚ LA FUENTE DE NUESTRAS VIDAS
 
posted by Laureano García Muentes at 5:08 a.m. | Permalink |


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