jueves, julio 17, 2008
VAMOS A ARRIESGARNOS A IR MÁS ALLA

Cuando pensé en este titulo pude adentrarme en mi y ponerme a pensar en la necesidad que tenemos todos los que nos hemos propuesto seguir las huellas de Cristo, de fortalecer la voluntad y el ardor por asumir el compromiso de convertirnos, poco a poco, en proclamadores de la Buena Noticia del Reino.

Y es que, para que podamos ir introduciéndonos en el conocimiento de Dios, nuestra responsabilidad ha de estar centrada ante todo en entendimiento de la Palabra como la voz de Dios, que nos propone la guía y la orientación hacia una vida nueva. Teniéndola como el principio de todo, podremos arriesgarnos en convertirnos sus difusores en el mundo de hoy.

Como el cimiento e iniciación de todo es necesario dejar de lado las seguridades que nos mantiene atajados y muy cercanos a la tierra conocida; proponiéndonos con sinceridad y decisión a tomar la barca donde va el Maestro, para ir junto a Él, remando más allá de esos limites que nos hemos establecido y que imaginariamente nos protegen.

Y es que si nos proponemos a enrumbar la vida y subir a la barca para remar mar adentro, tenemos que saber que desde la orilla es difícil rastrear y obtener buena pesca. La experiencia no se improvisa, porque quienes nos hemos atrevido a abrirnos a las aguas profundas tenemos que tener fortalecida la fe para esperar obtener una buena pesca, porque en las profundidades, las posibilidades son más y la cantidad de peces es más provechosa.

Pero lo que más me ha emocionado en la realización de esta reflexión es el reconocimiento de Cristo como el fundamento de todo y que por Él somos capaces de dejarlo todo.

No basta pues con decir “Señor, Señor” y proclamar que creemos en Dios; hay que ser capaces de vivir una actitud decidida, constante y cotidiana de renuncia a los propios proyectos, a los afectos, a los bienes que consideramos importantes.

Dejarlo todo e ir tras Él con una actitud de entrega sin reservas y con una actitud de confianza, haciendo viva su palabra y poniéndolo centro en nuestras vidas ha de ser nuestra decisión.

SEÑOR, ENSÉÑANOS A SER CAPACES DE ARRIESGAR LA VIDA POR SEGUIRTE Y CONVERTIRNOS EN TUS DISCIPULOS.
 
posted by Laureano García Muentes at 2:11 p.m. | Permalink |


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