martes, junio 03, 2008
SIN DIOS LA VIDA NO TIENE SENTIDO

Alguien me preguntaba el otro día sobre la “utilidad” que Dios tiene en nuestras vidas; y se refería a Él, como si fuera un objeto que se podía desechar después de ser usado y haber complacido nuestras ansiedades. Y lo comparaba como ese objeto que presta un servicio y después de cierto tiempo de tenerlo, es botado a la basura porque ya no nos proporciona la ayuda que requerimos.

Después de una larga conversación donde justificaba la forma como describía su errado pensamiento sobre Dios, le dije que el ideal de los hombres siempre ha de apuntar a la utilidad que tiene Dios en el verdadero y único sentido que se le ha de dar a la vida; y le dije de manera tajante, sin Él, la vida y todo lo que forjamos pierde su sentido si no lo hacemos presente en el diario vivir.

Le afirmé que Dios no era un objeto que lo hacemos útil a nuestros caprichos o cuando queremos obtener prosperidad económica, comprar algo o evitar enfermedades, ¡NO!, Dios es útil en la medida que se va forjando nuestra vida, porque cada día, a cada momento y a través del tiempo, nos va mostrando el verdadero significado que ella tiene.

Con la ayuda de Dios vamos formando nuestra vida con dignidad, como verdaderas personas y como sus hijos; de allí, que no podemos estar mendigando amor y cariño, ni dejar que el mundo nos trate como objetos sin valor. Todos los hombres sin excepción somos hijos de Dios y su Espíritu Santo, actúa en cada uno de nosotros.
Todos tenemos una misión que cumplir y que debemos llevar a cabo con dignidad, responsabilidad y siendo coherentes, porque cada uno de nosotros es único e irrepetible, hechos por Dios con amor y por amor.

Cada uno de nosotros ha de estar en la capacidad de descubrir su misión encomendada, los dones y carismas que Dios nos ha regalado para ponerlos al servicio de todos.

El ser humildes y reconocer las gracias y el poder del Espíritu Santo han de ser nuestra inquietud permanente, ya que con Él y con su ayuda, podemos vencer las tentaciones, las dificultades y salir vencedor de todas las batallas que se presentan en la vida.

Finalmente le dije: No miremos a Dios como objeto transitorio que nos saca de nuestras dificultades o porque nos ayuda a ganar una lotería y obtener bienes materiales. ¡NO!, Dios es ese Padre bondadoso y misericordioso que nos regala a diario la vida, que nos guía y nos conduce por el bien, nos da forma como barro, en la medida que le aceptamos y nos pongamos en sus manos.


SEÑOR, AYUDANOS A TENER EL CORAZÓN SIN HERIDAS PARA PODER VIVIR EN LA ALEGRÍA Y EN LA PAZ.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:55 a.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>