domingo, mayo 25, 2008
JESÚS AÚN VIVE PREOCUPADO POR NOSOTROS

Nos parece mentira, pero es una realidad; aún somos muchos los hombres que andamos por el mundo como ovejas sin pastor.

En aquellos pequeños grupos de comunidades cotidianas como son la familia y grupos de amigos, vivimos caminos diferentes y se nos olvida lo que ha de ser la esencia de la sociedad: El compartir la vida con el amor que nos regala Dios.

Nos hemos olvidado que aquellos pequeños grupos o comunidades cristianas que nos brindaron el ejemplo de la fraternidad y el compartir después de la resurrección de Jesús, son ahora naciones enteras, cientos de millones de hombres y mujeres que se declaran abiertamente ser cristianos, es decir, discípulos de Cristo. Y como iglesia, aparecemos como una institución dentro de la sociedad bien organizada, al igual que, como una gran masa sociológica.

Pero nos preguntamos: ¿Es visible en una sociedad de creyentes como es la iglesia actual, su condición de convertidos a la fe y de seguidores de Cristo?, ¿Somos los cristianos pregoneros de la justicia y del amor a que nos invita pregonar Jesús?

Si miramos de cerca nuestra religiosidad, llegaremos a una triste realidad; somos creyentes porque así nos han formado o porque hemos sido inducidos por nuestros padres, amigos o familiares cristianamente. Vemos muchas veces que nuestra fe se apoya en una tradición religiosa que viene gestándose por lo general como una historia en nuestras familias y que, no nos hemos preocupado por hacerla propia, dándole una firmeza indestructible, de darla a conocer a otros mediante un testimonio de vida, donde Cristo, es centro de nuestras vidas.

Es está nuestra gran realidad y nos duele. Solo nos interesa aparecer delante de los demás como esos fieles cristianos que asistimos a las misas y actor religiosos populares, que cargamos nuestra camándula colgada en nuestros pechos como cadenas de oro y que vamos con frecuencia a actos religiosos que se programan.

Andamos aún como ovejas sin pastor, seguimos las corrientes humanas y vamos donde vaya la gente. No somos dueños de nuestros criterios religiosos y nos dejamos arrastrar fácilmente de aquellos que con ideas extrañas quieren ganar indulgencias humanas a través de los demás, casi siempre con fines de lucro y de poder.

Hoy Jesús vive preocupado por nosotros y piensa todavía que tenemos dificultades que obstaculizan nuestro caminar hacia la perfección de nuestro ser. Es necesario tomar conciencia y apreciar lo que en realidad es lo más importante para nosotros y detectar que en nuestras vidas que nos hace falta la luz de Cristo, y con ella, ver las cosas de otra manera para así, darle el sentido diferente a nuestras vidas.

Pidamos al Espíritu Santo firmeza de la fe y la guía de nuestros actos cotidianos reconociendo que lo esencial no es lo superfluo e intranscendente, sino Cristo dador de vida abundante.

SEÑOR, SE TU NUESTRO GUÍA Y NUESTRO ALFARERO QUE NOS MOLDEAS A TU MANERA.
 
posted by Laureano García Muentes at 6:34 a.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>