jueves, junio 05, 2008
COLOCAR LA VIDA EN LAS MANOS DE DIOS

Desde la hora que nos despertamos por las mañana y nos levantamos, le damos gracias a Dios por reconocerlo como nuestro Padre lleno de bondad y misericordia, que sin su presencia en nuestras vidas todo fuera más difícil y absurdo, los problemas nos asfixiarían sin tenerlo y que no tendíamos esperanzas.

Le damos gracias, por tenerle y encontrarlo en nuestros pensamientos, en nuestras miradas y en la luz que nos enciende la vida, por habernos invitado a subirnos a su barca e ir junto a Él por el camino de la vida siendo signos de su presencia en medio del mundo.

Estos pensamientos y reconocimientos diarios nos llenan de seguridad y confianza, porque sentimos que el dueño de la vida está presente día a día en nuestro quehacer diario y que nos va a ayudar a salir adelante entre tantas situaciones que se nos presentan.

Reconocemos que la batalla diaria de la vida no la podemos realizar en un encierro de nosotros mismos y en la soledad, sino que necesitamos la ayuda de Dios y todas aquellas personas que Él coloca a nuestro alrededor y que nos brindan su disposición profesional con sus orientaciones.

Sabemos que Dios no es mago y que no podemos pensar que las soluciones de nuestras inquietudes y problemas se solucionan en un abrir y cerrar de ojos, NO. Necesitamos prepararnos y enfrentar la vida con inteligencia, esfuerzo y disciplina, seguros de que Dios está ahí y quiere que seamos felices, que requerimos su compañía, su ayuda, su fuerza y de ese sentido que Él quiere darnos a nuestra vida.

Cuantos nos gastamos la vida tratando de buscar el propio bienestar e intentamos alcanzarlo por todos los medios, arriesgando hasta nuestras vidas y familias; ponemos toda nuestra confianza y esperanzas en las cosas materiales. Gastamos la vida por obtener recursos y poder así comprar todas esas cosas que creemos que nos hacen felices.
Pero nos equivocamos, porque nos olvidamos de lo esencial, de lo que significa la verdadera felicidad. Ella, está dentro de cada uno y que si somos seguidores verdaderos del Reino de Dios y cumplimos su voluntad disfrutando las enseñanzas del Maestro, encontraremos la plenitud, la paz y la felicidad auténtica.

SEÑOR, NOS ABRIMOS HOY A TU VOLUNTAD PARA DESCUBRIR LO MARAVILLOSO DE TENERTE PRESENTE.
 
posted by Laureano García Muentes at 8:14 a.m. | Permalink |


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