martes, abril 29, 2008
SEAMOS SIGNOS DEL AMOR DE DIOS

Vivir la experiencia del perdón nos innova y nos enseña a ser cada vez más, signos del amor de Dios. Percibimos la gracia de Dios y nos llenamos de fortalezas para avanzar cada vez más hacia la renovación de nuestro espíritu.

Perdonar es la actitud donde Dios se nos muestra como el camino por donde nos transportamos llenos de su misericordia hacia la sanación de nuestro ser, logrando recibir de Él, los medios eficaces para triunfar sobre el mal.

Muchos somos los que nos hemos equivocado cuando pretendemos perdonar confundiendo fácilmente el perdón con la reconciliación.

Perdonar es darle respuesta moral a la otra persona que injustamente nos viene ofendiendo y reconciliación es el logro de alcanzar la unión de dos personas para respetarse mutuamente.

El perdón nos exige liberación, cambio sincero de actitud, ponerle fin a todo, darle el reconocimiento justo a la personas y ofrecer un sincero y franco amor lleno de la voluntad de Dios; haciendo entender a la otra persona, que Dios en su inmenso amor nos perdona con gran misericordia.

Cuando juzgamos duramente a los demás sin pensar que nosotros también fallamos, necesitamos recibir el perdón de Dios sin olvidarnos que delante de Él, todos somos deudores.

El Evangelio de San Mateo Cáp. 6. 14-15, nos muestra la misericordia de Dios hacia el pecador que se arrepiente, cuando Jesús le dice a sus Discípulos: “Queda bien claro que si ustedes perdonan las ofensas de los hombres, también el Padre Celestial los perdonará. En Cambio, si no perdonan las ofensas de los hombres, tampoco el Padre los perdonará a ustedes”. Y el Cáp. 18.21-22, Pedro se le acercó y le dijo: “Señor, ¿Cuántas veces debo perdonar las ofensas a mi hermano? ¿Hasta siete veces?” Jesús le respondió: “No digas siete veces, sino setenta veces siete”. Lo que quiere decir ¡SIEMPRE!

Hoy Jesús nos llama a que busquemos nuevas maneras de abrirnos hacia los caminos que nos enseñan a vivir la reconciliación y ha que saquemos las fuerzas para enfrentarnos contra el mal que nos arrebata la convivencia pacifica y la paz. A creer que Él va a nuestro lado buscando todos los medios para que podamos perder el miedo a la libertad; y a que no nos cerremos hacia la búsqueda afanosa de vivir la aventura de expandir en cada rincón del mundo, su gran misericordia.

SEÑOR, CONCEDENOS HOY LA GRACIA DE TRABAJAR A TU LADO SIENDO MULTIPLICADOR DE TU PAZ.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:42 a.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>