domingo, abril 06, 2008
JESÚS APACIGUA LA DESESPERANZA

Cuantas actitudes en la vida hemos tomado que llenan el corazón de oscuras sombras hasta el punto que lo comprime del temor y como unos heroicos evitamos exteriorizarlas, confesarlas e inclusive, que sean descubiertas por aquellos con quienes convivimos.
Y nos oprimimos, nos encerramos y hasta sufrimos momentos difíciles de estrés porque hacen tanto daño en nuestro interior.

Hoy Jesús nos sale al encuentro, en medio de nuestras angustias y debilidades, ya sea por la noche que vivimos, por el viento que en contra nos azota y por esas olas que golpean fuerte nuestra vida; y al oído nos dice: “Soy Yo, no temas, camina hacia delante, llénate de ilusiones y atrévete a navegar en el mar de las esperanzas que te ofrezco”.

Sensaciones como estas la vivieron en carne propia sus discípulos, quienes después de haberles enseñado a compartir con otros la vida, hacerlos sentar en el pasto verde para fijar la mirada en Él, dividir el alimento y comer con todos los cinco panes y dos peces que un joven cedió a la solicitud que le hiciese Jesús, ellos, se atrevieron a subir en la barca apostada a la orilla y remando mar adentro lo cruzaron de noche hacia Cafarnaún.

Fragmentados por su desconfianza y ansiedades, en medio de un mar embravecido por un viento fuerte, sintieron que Jesús se les acercaba caminando, calmando la braveza de sus desengaños e incredulidades para decirles que no fueran frágiles, que no temieran ante nada, que vigorizaran su fe y que Él, no les abandonaría porque siempre estaría junto a todos ellos llenándonos de energías con su Espíritu para que continuaran la vida.

Somos débiles y muchas veces las tentaciones son tan fuertes que nos derrocan y separan de Dios; llevándonos a la destrucción total de la vida. Pero en medio de nuestras debilidades y equivocaciones, siempre tenemos la compañía de Jesús quien nos brinda las fuerzas necesarias para luchar, invitándonos a que con firmeza crucemos el mar embravecido y oscuro por las tempestades de la vida, así como Él fue capaz de asumir la cruz.

Cristo nos invita a que seamos pan que se multiplica y que se hace accesible a todos, que seamos fruto de la tierra para que multipliquemos la cosecha y sean muchos los que se sacien de la comida que brindamos, porque en ella Dios se hace presente en persona.

Jesús es exigente pero no es inhumano, la libertad que nos ofrece es para que nos amemos unos a otros y sembremos en el corazón de los hombres luces que aparten definitivamente las sombras.


SEÑOR, DANOS TU LIBERTAD PARA QUE NO NOS FALTE TU PAZ Y SEAMOS FIELES A TI.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:50 a.m. | Permalink |


1 Comments:


  • At 5:50 a.m., Blogger Rodrigo

    Jesús nos ama tanto que hace hasta lo imposible para socorrernos. Acaso no es imposible caminar sobre el agua, pues Jesus lo hizo para reconfortar a sus amados discipulos.

     
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