jueves, marzo 06, 2008
NO HIPOTEQUEMOS LA FELICIDAD POR LAS COSAS QUE BRILLAN

En este tiempo de cuaresma se nos invita a recapacitar sobre las prioridades que los hombres de hoy hemos asumido y que demuestran apasionados delirios por el querer demostrar ante los demás el poder de tener, sin importar las necesidades de aquellos que todos los días vemos frente a frente en las calles de nuestros barrios o ciudades. Y lo más grave de todo es que nos vamos olvidando de las dimensiones trascendentales de la vida, que nos ayudan a establecernos en comunidad bajo unos principios éticos y morales que instituyen el ser, la familia, los amigos y la fe.

Y…nos da miedo abrir muchas veces los ojos y ver lo que sucede en la realidad de la vida, porque nos cuesta mucho ese esfuerzo y nos incomoda, solo lo miramos de paso y hasta creemos que ello es muy insignificante porque no tiene la prioridad que estamos soñando.

Nos cerramos en falsas justificaciones que nos alejan y nos impiden ver la claridad de las necesidades prioritarias de los demás y sin importarnos nada, seguimos como si nada nuestras ilusiones vacías pisoteando muchas veces la dignidad y los derechos de los demás.

Cada día hipotecamos la felicidad nuestra y la de los demás, porque solo nos interesan las cosas que tienen valor y que nos hacen brillar ante los demás de manera egoísta.

Hoy es necesario poner en manos de Dios nuestros deseos y las expectativas no solo nuestras, sino la de todos los que junto a nosotros construyen su vida. Solo basta abrir el corazón a la voluntad y ser misericordiosos brindando lo que tenemos de más con amor donde hace falta, la comprensión y el cariño a los que necesitan de nosotros, fidelidad, solidaridad y acompañamiento a los que sufren y piensan que sus sueños y sus esperanzas se han frustrado.

Coloquemos toda nuestra confianza en Dios y condicionemos todas nuestras ambiciones dentro de los valores que pregonó Jesús y que han de determinar nuestra vida, porque esos deseos y codicias mal fundadas, pueden llevarnos a perder todo lo que tenemos.

Tengamos en esta cuaresma el deseo de asumir actitudes sinceras que permitan brindar al mundo el testimonio de los auténticos valores que pregonó Jesús en favor de los más necesitados y con la fuerza que nos regala el Espíritu Santo, seamos cristianos que ofrecen a los que están a nuestro alrededor el amor que Dios nos regala y que da la verdadera felicidad a muchos.

SEÑOR HOY TE PEDIMOS NOS ACOMPAÑES CADA DÍA EN EL COMPROMISO DE CONSTRUIR
 
posted by Laureano García Muentes at 3:12 a.m. | Permalink |


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