jueves, febrero 28, 2008
DIOS NO ABANDONA AL HOMBRE NUNCA

Muchas veces nos hemos sentido abandonados, con momentos de dolor, confusión, tristeza y miedo, renegando de todo lo que existe y hasta de Dios.
En estos tiempos difíciles para el ser humano, son muchos hoy los que conviven en permanente zozobra por el tener y el hacer, teniendo grandes cosas que vencer para poder obtener y defender las necesidades básicas como son la salud, la vivienda y un mejor bienestar, donde sus grupos familiares, se construyan y se formen como personas sociables.

Y es ahí precisamente, donde tenemos que clamar a Dios para que nos ayude a encontrar salidas a nuestras crisis y en la solución a nuestras grandes dificultades. Pero ojo, lo que Dios quiere es muy importante, Él desea que seamos humildes y sencillos de corazón y perseverantes en la lucha para salir victoriosos, teniéndolo siempre presente en todas nuestras acciones.

Somos hoy muchos los que clamamos al Señor “Sálvame, Dios mío, porque estoy a punto de ahogarme” y nos cansamos muchas veces de suplicar y esperar respuestas, angustiándonos y llenándonos de fatiga emocional; pero, es importante saber que el tiempo de Dios no es igual al de nosotros y que Él cumple sus promesas a su tiempo.
Debemos en todo momento recordar su existencia y confiar firmemente en que Él, no nos dejará defraudados.

Una gran lección de perseverancia y fortaleza en medio del sufrimiento nos la dio Jesús, cuando viéndose clavado en la cruz, se vio frustrado de sus amigos más cercanos cuando lo abandonaron por el miedo, cuando se sintió adolorido por la burla de todos aquellos que le seguían solo con el deseo de que Él, le hiciera un milagro o le curara una enfermedad, cuando sentía el dolor de los clavos enterrados en sus manos y pies.
Pero, a pesar de la dureza que vivía y sentía, nunca se dio por vencido, sino que confío firmemente en la voluntad del Padre, quien lo alentaba con gracias y fuerzas para seguir su misión de salvación por la humanidad. La respuesta que le dio Dios, por ser fiel a su causa, fue la resurrección y la victoria sobre la muerte, el dolor, la confusión, la tristeza y el miedo.

Esta experiencia de Jesús nos ha de ayudar y animar para seguir siendo fiel a los principios que el nos enseña, a no desfallecer y continuar siempre hacia delante sin importarnos las dificultades y errores, teniendo a Dios presente.

HOY SEÑOR QUEREMOS DARTE GRACIAS POR TENER CONFIANZA EN TI Y SUPERAR CONTIGO TODA DIFICULTAD.
 
posted by Laureano García Muentes at 3:27 a.m. | Permalink |


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