domingo, febrero 17, 2008
EL QUE AMA Y SE SIENTE AMADO, DA LO MEJOR DE SI

En estos días pude observar durante mis caminatas por la bahía que son muchas las personas, entre jóvenes y adultos de ambos sexo que se sientan a la orilla para orar y contemplar el amanecer.
También me he dado cuenta que son muchas las que pasan a sus lados como desapercibidos sin importarles y apreciar lo que hacen, siguen sus caminos sin esmerarse siquiera un instante en buscar espacios dentro de sus tiempos para encontrarse con Dios y recomponer lo que vienen construyendo mal.

La cuaresma es un tiempo donde todos debemos reflexionar sobre la vida que hemos venido construyendo y de buscar los caminos que señala el Señor.
Parece que hoy somos muchos los que se nos está olvidando que Dios nos llama cada día a ser más y más perfectos, que es necesario amar y sentirnos amados, como también, que nos demos cuenta que somos débiles y que existe necesidad de luchar por ser cada vez mejores.
Estamos llamados a la perfección, a la plenitud y a la realización.

Desde la niñez nuestros padres nos enseñan a forjarnos en valores y virtudes al igual que en esa búsqueda afanosa de la realización personal. Ellos tratan de derrumbar y echar bien abajo esas acciones imperfectas que vivieron o quizás viven y donde constituyen sus ideales, la educación familiar y una formación en las escuelas y centros formativos con el sudor de sus esfuerzo; para que como buenos hijos, trascendamos hacia la pasión ineludible de la vida: Ser perfecto como Dios quiere que seamos perfectos.

Cuando se ama y nos sentimos correspondidos se hace del amor una virtud dinámica, se da lo mejor de si para que los demás crezcan y orienten sus vidas de una manera amorosa, llena de grandes sueños, ilusiones y posibilidades.

Una verdadera relación basada en el amor se construye con sentimientos y deseos, donde exista la propuesta común de ser felices. Para ser felices se requiere un equilibrio entre el respeto, la comprensión y el esfuerzo por una buena comunicación y un dialogo permanente.

Sepamos que Dios está interesado en cada uno de nosotros, por ello, insistentemente nos busca, nos habla y nos comunica cual es el mejor camino a seguir para ser sus predilectos y ser felices. Abramos pues nuestro corazón y dejemos que Él nos comunique su amor.
Instituyamos cada momento de nuestra vida en momentos de intimidad con Él y pidámosle que nos bendiga con su amor, su paz y su felicidad.

SEÑOR TUS MANOS SON EL MEJOR LUGAR DONDE PODEMOS ESTAR, DANOS UN CORAZÓN NUEVO LLENO DE TU AMOR.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:36 a.m. | Permalink |


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