jueves, enero 24, 2008
CON DIOS AYÚDATE A SER VENCEDOR

En el tema anterior me refería a la necesidad que tenemos todos los hombres de tomar con optimismo la vida y de hacernos fuertes con la energía que nos brinda el Espíritu Santo, quien nos ayuda a vencer los obstáculos que nos depara la vida y ha tener la absoluta seguridad de que Él, nos hace vencedores.

Hoy prosigo casi con el mismo tema, porque es necesario que miremos con confianza la vida y nos sensibilicemos sobre la necesidad de considerarnos triunfadores y no vencidos.
Creo necesario que lo primero que debemos pensar es sentirnos hijos de Dios, creados por Él para ser felices. Él, como Padre nuestro, nos dotó de cualidades y virtudes para que conquistemos por nuestros medios, los objetivos y metas que nos propongamos, siendo unos hombres optimistas- triunfadores.

Yo diría que un vencedor de la vida no requiere que le levanten sus brazos como ganador de alguna competencia, ni que sea reconocido por la radio, prensa o televisión, como acostumbramos a ver cuando un deportista alcanza un triunfo en cualquier disciplina. ¡NO! El verdadero triunfador que me refiero es aquel, que aferrado a Dios pierde el miedo y se siente capaz de hacer lo correcto, de seguir con la cabeza erguida hacia adelante, teniendo siempre la seguridad de que Dios está junto a él, acompañándolo y guiándolo por el sendero que ha escogido.

Y como un segundo punto sería vencer al enemigo que mantenemos dentro de si y que nos hace creer que somos incapaces de tomar decisiones firmes y que nos intimida de que nunca estamos dispuestos a abandonar lo que nos amaña y de luchar contra cualquier suceso o acontecimiento que nos suceda : El miedo.

Cuando creemos firmemente en Dios y nos llenamos de Él a través de su Palabra, de la participación sincera y constante en la Eucaristía, oramos y le pedimos fortaleza para hacemos triunfadores; nos llenamos de un ardor y una pasión por Él, que perdemos el temor, la timidez y el miedo, atreviéndonos a constituir nuestros propios proyectos de vida hacia una vida diferente. Creemos en nosotros mismo y somos capaces de entender lo que somos, para que somos y por que hemos sido creados.

Dios en su bondad y su misericordia nos ayuda cada día a sobreponernos a las adversidades, decepciones y sufrimientos. Miremos en los Evangelios como vivió Jesús, Él, más que un triunfador nos dejó como experiencia su propio testimonio de vida ante los sufrimientos y las adversidades; para que nosotros con ellos, nos fortalezcamos y salgamos vencedores y testigos para el mundo.


SEÑOR GRACIAS TE DOY POR TU INMENSO AMOR QUE ME AYUDA A SER VENCEDOR
 
posted by Laureano García Muentes at 3:31 a.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>