domingo, febrero 03, 2008
ASÍ HAN DE SER NUESTRAS ACTITUDES

Hoy el mundo siente gran desconfianza frente a los liderazgos que asume mucha gente por la incoherencia entre lo que dicen y plantean ya que incontables veces sus comportamientos y compromisos de vida se quedan vanos y sin testimonio.

Muchos de los que hoy se consideran lideres se adjudican responsabilidades sociales o solidarias frente a la violencia, los desplazamientos y catástrofes; disfrazan sus acciones benéficas con actuaciones que contradicen sus mensajes de esperanza, porque las ayudas que adquieren para tales fines, son utilizadas para beneficio personal, llevando a quienes las necesitan, ínfimas cosas que no solucionan sus necesidades; y con engaños, hacen creer que están trabajando por ellos y que sienten su dolor.

Un cristiano que sigue las huellas del Salvador, ha de instituirse para ser un discípulo misionero que construye día a día el Reino de Dios entre los hombres. Ha de ser coherente al Evangelio, predicar las virtudes que nos enseño Jesús y comprometerse en ser signo del amor, la bondad, la caridad y la misericordia de Dios.

Quien se dispone seguir a Jesús, acepta el compromiso de ser un servidor para con todos los hombres e ir combinando su Palabra con acciones eficaces de amor al prójimo, tomándolo como modelo inspirador en su desafiante aventura. Así, aquellos a quienes asiste, los pobres y necesitados, miren en el desarrollo de sus obras el compromiso con su dolor.

Se nos hace importante pues, revisarnos hoy interiormente y mirarnos frente al espejo de la vida, si de verdad estamos siendo imitadores de Jesús, quien entregó su vida a los pobres y necesitados; y si estamos utilizando con eficacia los dones que Dios nos dio para ponerlo al servicio del prójimo; o si ellos, los estamos maniobrando egoístamente y en beneficio propio.

Recordemos que Jesús no utilizó su relación cercana con el Padre para su propio beneficio, al contrario fue mas allá, la puso al servicio de todos hasta el punto que por ello, creo envidia y persecución, fue tomado preso y clavado en una cruz.
Los milagros que realizaba estaban siempre en función del bien de los demás.

No vasta decir yo creo en Dios e ir a misa y orar. Un verdadero Cristiano seguidor de Jesús, ha de crear una intimidad con Dios, pidiéndole con insistencia amarle a través de su entrega incondicional al prójimo e implorando su ayuda para fortalecer actitudes siendo coherente con su palabra.


SEÑOR ENSEÑAME A CRECER EN MEDIO DEL DOLOR Y SER SIMBOLO DE TU PRESENCIA EN EL MUNDO.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:27 a.m. | Permalink |


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