martes, marzo 11, 2008
HABLEMOS DE JESÚS

Cuantos hombres de hoy se sienten inseguros para hablar de Jesús o simplemente, les da miedo que les califiquen o señalen de fanáticos y hasta extraños dentro de la sociedad, porque quienes lo hacen con toda seguridad, actúan y viven experiencias cristianas, dan testimonios de vida, ayudan a transformar y construir un mundo nuevo y transmiten esperanza. Ellos por su parte, no han entendido aún el mensaje de la salvación y persisten en no abandonar su mundo sin ser capaces de hacer lo mismo y vivir de manera diferente de acuerdo a los principios que Dios ha señalado.

Hablar de Jesús es una experiencia única y bella, es dar a conocer a los que comparten con nosotros la vida al amigo fiel y sincero que nunca se separa de nuestro lado, ese ser que nos guía y nos conduce por aguas tranquilas, que nos da amor, paz e infinita amistad, sincera fraternidad y absoluta solidaridad, que fortalece y enseña a vivir de verdad la vida y la felicidad.

Recuerdo el día que una señora me preguntó como y de que manera podría conocer e iniciar con Jesús una sincera conversación; que había conocido mi experiencia cristiana y que deseaba vivirla y darla a conocer a muchos y en especial a su hijo, quien se había desviado y perdido en la droga.

Le comente lo fácil que era. Que no había necesidad de acudir a magias o brujos para encontrar a Jesús, solo se necesitaba la disposición y el interés personal de conocerle y escucharle. Que teníamos muy cerca su palabra en los Evangelios ya lista y presta para orientarnos hacia lo mejor.
Me preguntó como lo hacia, le dije, toma en tus manos los Santos Evangelios, lee con paciencia la lectura que quieras, reléala y cierra tus ojos repitiendo en tu mente la frase que más te halla impactado y dile Jesús aquí estoy para escucharte y hacer tu voluntad.
Háblale con toda naturalidad y exponle tus necesidades, sino sabes como decirle, dile simplemente “Jesús”, ese nombre está sobre todo nombre.
Me dijo, que fácil es, le dije sí, hazlo y me comentas.
Un día después me la encontré y me dijo: Sabes, hice como dijiste, pero te comento una cosa, cuando pronuncie su nombre, sentí una gran paz en mi corazón y como si alguien estuviese a mi lado presto a ayudarme. Le dije: Ya vez, no está muy lejos, está en tu corazón; hazlo muy repetidamente y ten la absoluta confianza en Él que te ayudará.

Jesús nos insiste en el contexto de los Evangelios que debemos ser hombres sin temor y vergüenza para expresar nuestras experiencias de nuestro encuentro con Él, de transmitir a otros esos estilos de vida que atraen y ayudan a liberar de las cadenas a los hombres, que Él estará siempre a nuestro lado llenándonos de gracias y fortalezas para ser triunfadores y que lo busquemos en todas partes principalmente en la oración donde estará más cerca de nosotros.


HABLA DE JESÚS Y DE LA ORACIÓN SINCERA. ELLA ES FABULOSA Y SEGURA CUANDO SALE DE NUESTRO CORAZÓN Y NO DE NUESTROS LABIOS
 
posted by Laureano García Muentes at 4:18 a.m. | Permalink |


1 Comments:


  • At 10:39 a.m., Blogger Rodrigo

    Concuerdo plenamente con este comentario, es la manera de acercarnos a Jesús y asemejarnos a El cada dia más.

     
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